UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />
http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />
sobre ella. Además, el viejo Gerrard me dijo, cuando estuvo tan<br />
enfermo, que Mary no era su hija.<br />
Humedecióse los labios y prosiguió:<br />
—Cuando Mary murió, yo terminé de limpiar el pabellón, y en un<br />
cajón, entre la ropa del viejo, encontré esta carta. Ahora puede leer<br />
su contenido.<br />
Poirot leyó la dedicatoria, escrita con tinta descolorida: «Para enviar a<br />
Mary después de mi muerte.»<br />
Poirot observó:<br />
—Este escrito no es reciente.<br />
—No fue Gerrard el que lo escribió, sino la madre de Mary, que murió<br />
hace catorce años. La dirigió a la muchacha, pero el viejo la guardó<br />
entre sus cosas, y ella no pudo saberlo nunca. Me alegro de que haya<br />
sucedido así, porque ha podido vivir dignamente hasta el fin, sin<br />
tener que avergonzarse de nada. Luego, después de haberla leído, no<br />
me he atrevido a destruir el escrito, por temor a que pudiera servir<br />
de algo en lo futuro. Pero léalo.<br />
Poirot abrió el sobre y extrajo una hoja de papel, cubierta de una<br />
letra cursiva y diminuta. Leyó:<br />
«He escrito aquí la verdad para el caso en que fuese<br />
necesario demostrarlo. Serví <strong>com</strong>o doncella en casa de<br />
mistress Welman, en Hunterbury. Fue muy cariñosa<br />
conmigo. Tuve un desliz, y ella me aceptó de nuevo cuando<br />
regresé. Mi hija murió a los pocos días. Mi señora y sir Lewis<br />
Rycroft se amaban, pero no podían casarse porque él ya lo<br />
estaba y tenía a su mujer en un mani<strong>com</strong>io. Marchó a la<br />
guerra, y allí lo mataron. Poco después, mi señora me<br />
confesó que iba a tener un hijo. Nos fuimos a Escocia. En<br />
Ardlochrie dio a luz una niña. Bob Gerrard, que me había<br />
abandonado cuando me vio embarazada, me escribió en<br />
aquellos días. Acordamos que Bob se colocara en<br />
Hunterbury, nos casaríamos y él creería que la chica era<br />
nuestra. Viviendo allí parecía muy natural que mistress<br />
Welman se interesara por la niña y atendiese a su<br />
educación. Ella pensaba que sería mejor para Mary ignorar<br />
la verdad. Mistress Welman nos dio una gran suma de<br />
dinero, pero yo la habría servido sin necesidad de eso. He<br />
sido muy feliz con Bob, pero jamás ha querido a Mary. He<br />
callado siempre este secreto, pero creo que es necesario<br />
que a mi muerte tú lo sepas.<br />
Elisa Gerrard (nacida Riley).»<br />
Hércules Poirot suspiró profundamente y volvió a plegar la carta.<br />
La enfermera Hopkins preguntó con ansiedad: