UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
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Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />
http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />
II<br />
Grave y solemne con su traje negro, Elinor se sentó frente a la<br />
maciza mesa de escritorio de mistress Welman, en la biblioteca.<br />
Frente a ella se extendían varios documentos. Había interrogado a los<br />
domésticos de la casa y a mistress Bishop. En aquel momento, Mary<br />
Gerrard apareció en el marco de la puerta y vaciló antes de entrar.<br />
—¿Deseaba usted verme, miss Elinor?<br />
Elinor levantó la vista y respondió:<br />
—¡Oh, sí! ¿Tiene la bondad de sentarse aquí, Mary?<br />
Mary se acercó y tomó asiento en la silla que Elinor le había indicado.<br />
Volvió el rostro hacia la ventana y la luz cayó sobre ella, revelándola<br />
en toda su pureza y haciendo brillar sus dorados cabellos.<br />
Elinor se pasó una mano por la cara y observó a través de sus dedos<br />
el rostro de la muchacha. Pensó: «¿Será posible odiar a alguien tanto<br />
y no demostrarlo?»<br />
Luego dijo en voz alta y monótona:<br />
—No ignora usted, Mary, que mi tía sentía cierta predilección por<br />
usted y que habría deseado asegurar su porvenir.<br />
Mary murmuró con voz ahogada:<br />
—Mistress Welman fue siempre muy buena para mí.<br />
Elinor prosiguió con frialdad:<br />
—Mi tía habría concedido varios legados en caso de haber podido<br />
otorgar testamento. Puesto que murió sin hacerlo, yo asumo la<br />
responsabilidad de cumplir sus deseos. He consultado a mister<br />
Seddon y, siguiendo sus consejos, he confeccionado una lista de<br />
cantidades que percibirán los criados y criadas según el tiempo que<br />
llevan a nuestro servicio, etcétera...<br />
Hizo una pausa, y prosiguió:<br />
—Naturalmente, usted no puede ser incluida en esa relación —medio<br />
se detuvo, creyendo que tal vez aquellas palabras pudieran agradar a<br />
la muchacha, pero el rostro de ésta no se inmutó—. Aunque mi tía<br />
estaba privada del habla, <strong>com</strong>prendí que quería legarle una cantidad.<br />
Mary dijo, sosegadamente:<br />
—¡Qué bondadosa era!<br />
Elinor terminó con brusquedad:<br />
—Tan pronto <strong>com</strong>o entre en posesión de la herencia, le entregaré a<br />
usted dos mil libras para que disponga de ellas <strong>com</strong>o le plazca.<br />
Mary enrojeció:<br />
—¿Dos mil..., dos mil libras?... ¡Oh, miss Elinor, es usted muy<br />
generosa!... No sé qué decir.<br />
Elinor exclamó con voz cortante:<br />
—No es generosidad por mi parte, ni tiene nada qué decirme.