UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
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Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />
http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />
—Le presento mis excusas... Créame que lo siento profundamente. Es<br />
una cosa terrible... ser un detective y, al mismo tiempo, un pukka<br />
sahib... Como dicen ustedes tan gráficamente, hay cosas que no<br />
deben decirse jamás. Pero, desgraciadamente, un detective está<br />
obligado a decirlas. Tiene que hacer preguntas desagradables sobre<br />
asuntos privados..., sentimentales...<br />
Roddy preguntó:<br />
—¿No cree que eso es innecesario?<br />
Poirot respondió con humildad:<br />
—¡Si fuera capaz de <strong>com</strong>prender algo! Pero no creo que podamos<br />
pasar eso por alto. Además, todo el pueblo sabía que usted admiraba<br />
a miss Mary Gerrard. ¿No es verdad, mister Welman?<br />
Roddy se levantó y apoyóse en la ventana. Dijo:<br />
—Sí.<br />
—¿Estaba enamorado de ella?<br />
—Creo que sí.<br />
—Y ahora está desconsolado por su muerte.<br />
—En efecto, monsieur Poirot, lo estoy.<br />
Hércules Poirot prosiguió:<br />
—Si se expresara usted con claridad terminaríamos en seguida.<br />
Roddy Welman tomó asiento de nuevo. No quiso mirar a su<br />
interlocutor. Habló entrecortadamente:<br />
—Es difícil de explicar. ¿Es forzoso?<br />
Poirot arguyó:<br />
—No siempre se pueden dejar a un lado las cosas desagradables que<br />
nos depara el Destino. Usted dice que cree que estaba enamorado de<br />
esa muchacha. ¿No está seguro?<br />
—¡No lo sé! ¡Era tan encantadora! ¡Como un sueño! Eso me parece<br />
ahora: ¡un sueño! ¡Cuando la vi por primera vez, después de tantos<br />
años, parecía una visión irreal! ¡Me encapriché de ella! ¡Fue una<br />
especie de locura! ¡Ahora todo ha terminado! ¡Como si no hubiese<br />
existido más que en mi fantasía!<br />
Poirot asintió en silencio. Dijo tras una pausa:<br />
—Comprendo —y añadió luego—: ¿No estaba usted en Inglaterra<br />
cuando murió?<br />
—No. Me marché al extranjero el nueve de julio y regresé el primero<br />
de agosto. El telegrama de Elinor me siguió en mi trayecto. Me<br />
apresuré a venir a casa cuando lo supe.<br />
Poirot dijo:<br />
—Debió de ser un golpe tremendo para usted. No tengo la menor<br />
duda de que amaba de veras a la muchacha.<br />
Roddy exclamó con un matiz de amargura y desesperación:<br />
—¿Por qué me han de ocurrir estas cosas? ¡Y suceden contra los<br />
deseos más íntimos, hundiendo todas nuestras esperanzas!<br />
Hércules Poirot declaró: