UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />
http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />
—¿La máscara?<br />
El doctor se humedeció los labios para responder:<br />
—El rostro humano no es, después de todo, más que una máscara,<br />
un antifaz.<br />
—¿Y debajo de él?<br />
—Debajo aparece siempre el ser primitivo, el verdadero, sea hombre<br />
0 mujer.<br />
La muchacha se volvió bruscamente y empezó a bajar los escalones.<br />
Peter Lord la siguió, perplejo e involuntariamente serio.<br />
Roddy apareció en el vestíbulo y se dirigió hacia ellos.<br />
—¿Y bien? —preguntó ansiosamente.<br />
Elinor dijo:<br />
—Da pena verla... No subas, Roddy..., hasta que pregunte por ti.<br />
Roddy inquirió:<br />
—¿Desea algo..., algo... especial?<br />
Peter Lord habló, dirigiéndose a Elinor:<br />
—Tengo que marcharme. Por el momento no se puede hacer nada.<br />
Volveré mañana temprano. Adiós, miss Carlisle... No..., no se<br />
preocupe demasiado.<br />
Estrechó la mano de la joven en un apretón viril y consolador. Elinor<br />
pensó que la había mirado más estrechamente que nunca..., <strong>com</strong>o si<br />
la <strong>com</strong>padeciera...<br />
Cuando la puerta se cerró detrás del doctor, Roddy repitió su<br />
pregunta.<br />
—La tía Laura está preocupadísima por ciertos asuntos de intereses.<br />
La he tranquilizado diciéndole que mister Seddon estará aquí<br />
mañana. Debemos telefonearle —dijo Elinor.<br />
—¿Va a hacer un nuevo testamento?<br />
—No sé... No dijo nada de eso.<br />
—¿Qué...?<br />
Se interrumpió en seco. Mary Gerrard descendía a toda prisa la<br />
escalera. Cruzó el vestíbulo y desapareció por la puerta de la cocina.<br />
Elinor dijo con voz ronca:<br />
—¿Qué me ibas a preguntar?<br />
Roddy exclamó vagamente:<br />
—¿Eh?... ¡Ah, lo he olvidado!<br />
Su mirada estaba clavada en la puerta por la que Mary Gerrard<br />
acababa de salir.<br />
Las manos de Elinor se contrajeron espasmódicamente. Sintió sus<br />
uñas largas y cuidadas horadar las palmas.<br />
«¡No puedo soportarlo! —pensó—. ¡Oh, Roddy, no es imaginación,<br />
no! ¡Es la triste verdad!... Y no quiero perderte.»<br />
Cerró los ojos, sumida en profundas reflexiones: «¿Qué será lo que<br />
vio él..., el doctor..., en mi rostro? ¡Oh, Dios mío, qué triste es la vida<br />
a veces! Pero ¿qué te pasa, tonta? ¡Tranquilízate!... ¡Vuelve a ser