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UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com

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Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />

http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />

1<br />

LA CARTA ANÓNIMA<br />

I<br />

¡Una carta anónima! Elinor Carlisle contempló estupefacta la hoja de<br />

papel que tenía en sus manos. Era la primera vez que recibía una<br />

cosa semejante. Le producía una sensación desagradable. Mal escrita,<br />

con pésima ortografía y en un papel rosado de ínfima calidad, la carta<br />

decía así:<br />

«Lapre Senté es p'arbertirle c'ai arguien questá yenando<br />

darrumacos aSu tía isusté no tié cuidado norre Cibirá niun<br />

séntimo kuando estie la Pata. Usté Ha save que las Biejas se<br />

deRiten kuando las Jóbenes le dan coba con arte ila ketié a<br />

su lado es más fina kel koral. Benga a berlo usté misma.<br />

Eso es lo mejón. Sino loace asín usté i el Joben cavayero<br />

perderán todos sus Derechos y Ha berá <strong>com</strong>o toes paella.<br />

Uno ke la quiere vien.»<br />

Elinor estaba mirando con fijeza la extraña misiva, con las depiladas<br />

cejas enarcadas, mostrando su profundo desprecio por el contenido<br />

de la misma, cuando la puerta se abrió y la doncella anunció:<br />

—Mister Welman.<br />

Y Roddy hizo su aparición.<br />

¡Roddy! Como siempre que lo veía, Elinor tuvo conciencia de un<br />

sentimiento ligeramente frívolo, una palpitación de placer repentino,<br />

una sensación extraña en ella que pretendía ser positiva y poco<br />

emotiva.<br />

Era indudable que, aunque Roddy la amaba, no era aquella pasión la<br />

que ella parecía experimentar. Cuando le vio aparecer, su corazón<br />

empezó a latir con tanta fuerza, que casi le hacía daño. Era absurdo<br />

que un hombre ordinario..., sí, sí, un joven <strong>com</strong>pletamente ordinario<br />

y vulgar, fuese capaz de producirle un sentimiento así. El amor era,<br />

indudablemente, una emoción agradable...; no aquello que dolía por<br />

su intensidad.<br />

Una cosa era cierta: había que tener mucho cuidado con exteriorizar<br />

sus sentimientos. A los hombres no les gustan la devoción ni la<br />

adoración. Por lo menos, a Roddy...

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