Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART
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madre. Era la casa que siempre había querido tener: el enorme sofá en el<br />
que se sentaban, las plantas sobre las mesas, el vestidor rebosante de ropa y<br />
juguetes… Un hogar de verdad, de paredes pintadas y muebles a juego,<br />
como el que nos encontrábamos ahora.<br />
Sobre la chimenea de ladrillo había numerosas fotos enmarcadas. En<br />
un retrato en blanco y negro se veía a una niñita con un pichi a cuadros, y<br />
en otro, a un chico con traje blanco y una flor en el ojal. Otra fotografía<br />
mostraba a una pareja joven, vistiendo pantalones de talle alto, cogidos del<br />
brazo: la mano de la mujer rubia, poco mayor que yo, reposaba sobre el<br />
pecho del hombre.<br />
Pensé inmediatamente en Caleb. Él estaría en alguna parte,<br />
convencido de que había actuado bien. Y yo no lograba apartármelo de la<br />
memoria, recordando cómo había despreciado la caricia de su mano y mi<br />
inseguridad cuando me preguntó qué había pasado con Leif. Caleb vagaba<br />
por ahí sin mí.<br />
—Veo que tenemos visita. —Un hombre de cabellos plateados bajó la<br />
escalera, moviendo una pierna con gran esfuerzo. Era incluso más viejo que<br />
Marjorie y llevaba la camisa de franela remetida de cualquier modo en los<br />
pantalones, blanquecinos en la zona de las rodillas, pues el uso había<br />
deteriorado el tejido de lona. Lark se asustó al verlo, y comprendí que unas<br />
semanas antes a mí me habría ocurrido lo mismo. Pero después de pasar<br />
tanto tiempo con Caleb, cabalgando con él o caminando a su lado por el<br />
bosque, había perdido el miedo.<br />
Marjorie se arrodilló junto a la chimenea, sirvió una cucharada de<br />
frutos silvestres en cada plato e informó al hombre:<br />
—Las he encontrado en el bosque. Un malnacido pretendía matarlas.<br />
—Miró a Otis con intención, y yo percibí que quería transmitirle algo que no<br />
se podía expresar con palabras.<br />
—¿Qué hacíais por ahí? —Otis acercó una silla del comedor,<br />
arrastrando las patas por el rayado suelo de madera, y se sentó junto a<br />
nosotras.<br />
Las lágrimas empañaron los ojos de Lark al contestar:<br />
—Ese tipo, Fletcher, nos capturó. Nos llevaba a no sé dónde para<br />
vendernos. —Mientras hablaba, se atusó los espesos cabellos negros tras las<br />
orejas; las manos le temblaban un poco.<br />
—Somos de los colegios —explicó Arden—. Nos escapamos.<br />
Marjorie me ofreció un plato de frutas humeantes, y aspiré el<br />
penetrante aroma. Minúsculas rosas moradas adornaban el borde del plato<br />
de porcelana; era un agradable contraste entre los sencillos platos metálicos<br />
de la vajilla del colegio y los agujereados cuencos de madera que Caleb nos<br />
había ofrecido en el refugio.