09.05.2013 Views

Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Ahora viven en casas nuevas que dan a los canales construidos por<br />

chicos de catorce años y alimentan a los bebés que han parido chicas de<br />

dieciocho años, esquían por laderas artificiales y comen en restaurantes en<br />

la azotea de los rascacielos, en los que los huérfanos trabajan gratis. Es<br />

asqueroso. —Torció el gesto.<br />

—¿Y cómo escapaste? —insistí. Imaginé los horrores del campo de<br />

trabajo, a Asher abandonado en medio del bosque con las piernas<br />

paralizadas, o a niños tan pequeños como Silas cargando piedras a la<br />

espalda.<br />

—Ocurrió una noche tras un discurso especialmente irritante sobre el<br />

nuevo palacio real —explicó Caleb, tendiéndome la mano para ayudarme a<br />

saltar una gran piedra—. No podía dormir, ni dejar de mirar a Leif y la litera<br />

vacía de Asher. Los guardianes habían encontrado a un niño de dos años en<br />

el bosque; acababa de quedarse huérfano y lloraba. No solo la epidemia dejó<br />

huérfanos. —Se calló un momento, pero continuó—: Después las<br />

condiciones de vida se hicieron muy duras, y el mundo se sumió en un caos<br />

tan grande que muchos niños perdieron a sus padres tras la enfermedad. Yo<br />

me había endurecido tanto que permanecí dos horas oyéndolo llorar; unos<br />

bandidos habían matado a su madre. Pero no me importaba. Estaba vacío<br />

por dentro. No me afectaba porque no había nada que me afectase. Yo era<br />

demasiado… —Se detuvo y se volvió para mirarme. Carraspeó y eligió la<br />

palabra con cuidado—: Insensible. Aún hoy me avergüenzo.<br />

No podía imaginármelo tan frío, y mucho menos después de ver cómo<br />

había acunado la cabeza del ciervo, acariciándole la suave piel del cuello<br />

hasta que murió.<br />

Cogió una rama, se frotó los dedos con la áspera corteza y siguió<br />

diciendo:<br />

—Le di vueltas a todo lo que sucedía y comprendí que no podría seguir<br />

viviendo allí mucho tiempo. Aquello no era vivir, no era vida. Estaba muerto<br />

de miedo y desesperado. Un día tenía la radio en la mano y la sintonizaba,<br />

jugueteaba con ella. —Suspiró, y cesó de frotarse los dedos—. Entonces<br />

escuché una voz que decía unas tonterías enormes.<br />

—¿Qué decía? —quise saber adelantándome para salvar el espacio<br />

que nos separaba.<br />

—Siempre recordaré la primera frase. Decía: «La yegua de Eloise es<br />

muda y, sin embargo, está aquí».<br />

Me acerqué más a él, como si la proximidad me ayudase a descifrar el<br />

misterio.<br />

—¿Quién es Eloise? No entiendo nada. —Una ráfaga de viento barrió<br />

las montañas y abatió los árboles. Las sombras bailaron en la cara de Caleb.<br />

—Al principio yo tampoco lo entendí. El hombre no cesaba de hablar

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!