Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART
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veíamos el campo donde habíamos perseguido al jabalí, parcelas de bosque<br />
y la franja rocosa de una playa.<br />
—Ahí están —exclamó Caleb, señalando la manada de ciervos que<br />
bebían en el lago. A pesar de estar a mucha altura, distinguí la dorada piel<br />
de los animales y los cuernos alcanzaban las copas de los árboles.<br />
El chico guio el caballo hasta el camino.<br />
—¿Y qué le pasó? —me atreví a preguntar por fin cuando estuvimos<br />
en medio del bosque—. Me refiero a Leif.<br />
Caleb, de cuerpo ágil, se acoplaba a los movimientos del caballo, como<br />
si ambos fuesen uno. Me fijé entonces en una costura descosida de su<br />
camiseta gris que tenía ante mí, y sentí la necesidad imperiosa de estirar el<br />
brazo y tocarla, pero mantuve las manos sobre el lomo de Lila.<br />
—Leif tenía un hermano gemelo, Asher. Cuando hablabas con ellos,<br />
siempre se miraban de reojo antes de responder, como si Leif estuviese<br />
esperando a que reaccionase su hermano, o este estuviera determinando si<br />
debía reírse o no. —Atravesábamos el bosque, en dirección a la orilla<br />
rocosa—. Un día fuimos a trabajar y Asher se puso enfermo. Ahora que lo<br />
pienso, no debía de ser nada grave, seguro que no. Pero los guardias<br />
tuvieron miedo. Ocurrió poco después de la epidemia. —Se introdujo los<br />
dedos entre los castaños cabellos—. Cuando regresamos, su litera estaba<br />
vacía. Había desaparecido.<br />
—¿Murió? —pregunté. El caballo se desplazó de lugar, y yo le acaricié<br />
la grupa, agradeciendo su presencia cálida y serena.<br />
—No, no. Lo llevaron al bosque y lo dejaron allí.<br />
—¿Quiénes?<br />
—Los guardias. Le inmovilizaron las piernas con pedruscos. Aquella<br />
noche los oímos presumir de que nos habían salvado de una nueva<br />
epidemia.<br />
Me cubrí la boca con la mano e imaginé a uno de los chicos del<br />
campamento solo en el bosque, enfermo, con las piernas aplastadas contra<br />
el suelo.<br />
—Fue como si a Leif se le rompiese algo en su interior y nunca volvió a<br />
ser el mismo. A partir de entonces se convirtió en otra persona. —El chico se<br />
apeó, cogió el arco y las flechas, y se acercó muy despacio hacia donde se<br />
hallaban los ciervos de la orilla. Algunos de ellos alzaron la cabeza, pero al<br />
verlo tan tranquilo y callado, continuaron bebiendo.<br />
Avanzó un poco más y apuntó a una hembra. La flecha salió<br />
zumbando e, instantes después, se hundió en el carnoso cuello del animal.<br />
Los otros ciervos se dispersaron mientras la hembra se tambaleaba. Caleb<br />
disparó otra flecha, que hirió al animal en el costado. La cierva, aterrada, se<br />
metió en el agua y trató de regresar a la orilla, dejando un rastro sangriento.