Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART
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Treinta y dos<br />
El ambiente refrescó cuando nos dirigimos hacia el norte. Le conté a<br />
Caleb la historia de Fletcher y el camión, cómo habíamos conocido a Lark y<br />
qué películas nos proyectaba Otis en la pared; le hablé también del<br />
desayuno de huevos con jabalí que nos preparaba Marjorie y de la<br />
habitación en la que nos habíamos escondido mientras los soldados<br />
registraban la casa. Luego le expliqué todo lo que había presenciado: la bala<br />
que explotó en el pecho de Otis, el disparo que hirió a Marjorie en la mejilla<br />
y las salpicaduras rojizas que mojaron mis piernas cuando Lark recibió el<br />
tiro.<br />
—No puedo borrármelo de la cabeza.<br />
Frunció los labios con gesto pensativo, y me confesó:<br />
—A veces, por la noche, me despierto aterrorizado porque me parece<br />
que estoy en los campos de trabajo, llevando bloques de cemento a la<br />
espalda, o en la habitación con un chico en la litera de al lado, sangrando y<br />
escupiendo bilis, hasta que me doy cuenta de que todo ha sido un sueño, y<br />
me siento afortunado.<br />
—¿Afortunado, dices?<br />
—Sí. Afortunado de despertar, de que lo que antes era mi vida sea una<br />
pesadilla.<br />
El coche ascendió por una empinada carretera, y el motor chirrió y<br />
rugió ante el nuevo esfuerzo que se le pedía. Nos rodeaban las montañas de<br />
Sierra Nevada. Miré por la ventanilla la pronunciada ladera verde y me<br />
acordé de mi madre, de las canciones que me cantaba cuando me bañaba en<br />
la bañera de patas, imitando a una araña con las manos.<br />
—¿Recuerdas a tu familia? —le pregunté a Caleb. Él me había contado<br />
que llegó al campo de trabajo a los siete años, pero apenas sabía nada de su<br />
vida anterior. ¿Había tenido una bicicleta, como yo? ¿Compartía habitación<br />
con sus hermanos? ¿Cómo eran sus padres?<br />
—Todos los días los recuerdo. —El coche subía a trompicones, muy<br />
despacio, debido a la densa vegetación del suelo, muy cerca de los muros de<br />
<strong>roca</strong> que flanqueaban la carretera—. Intento recordar la época anterior a la<br />
epidemia cuando jugaba a robar la bandera con mi hermano y sus amigos<br />
en el jardín. Mi hermano me llevaba cinco años, pero me dejaba formar parte<br />
de su equipo; a veces tenía que cogerme en brazos para que no me<br />
capturasen. —Esbozó una sonrisa, que desapareció enseguida.<br />
—¿Dónde vivías? —pregunté poniéndome de lado en el asiento.<br />
—En un lugar llamado Oregón. —Entrecerró los ojos—. Hacía frío y<br />
llovía. Siempre llevábamos chaqueta. Pero todo era muy verde. —El coche se