09.05.2013 Views

Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pregunté si sería capaz de hacerlo, de dejar el refugio y dirigirme hacia el<br />

oeste, como había planeado. Caleb estaba a mi lado, y ya lo echaba de<br />

menos.<br />

—Sí, es otro refugio seguro para huérfanos y descarriados…, el más<br />

grande —se limitó a decir.<br />

—¿Y Moss? —pregunté—. ¿Dónde está?<br />

—Corren rumores de que se encuentra en la ciudad —me contestó<br />

guiándome por el oscuro túnel—, pero no hay nada seguro. Casi siempre<br />

mantiene en secreto su ubicación y se desplaza constantemente por la ruta,<br />

hasta el punto de que es imposible seguirle la pista. No deja de enviar<br />

mensajes, pero hace un año que no lo vemos.<br />

Ojalá hubiese sabido lo de las comunicaciones radiofónicas y «la ruta»<br />

antes de abandonar el colegio, antes de salir de nuestra habitación y de<br />

dejar a Ruby y a Pip en aquellas estrechas camas, en su último sueño<br />

apacible. Tal vez tendría ocasión de decirles algo desde Califia, una<br />

oportunidad de comunicarme con ellas.<br />

Sentí el suave tacto de la mano de Caleb cuando llegamos a mi<br />

habitación, el dulce olor a sudor y humo de su piel, y me fijé en las pecas que<br />

salpicaban su nariz y la frente, bronceadas por el sol. Ninguno de los dos<br />

habló. Me limité a deslizar mi mano sobre la suya, describiendo círculos<br />

sobre los nudillos y las uñas, sin importarme que estuviesen impregnados<br />

de suciedad. Él apoyó la barbilla sobre mi cabeza y respiró a fondo,<br />

consciente del mínimo espacio que separaba mi nariz de su pecho.<br />

—Hoy lo has hecho muy bien —dijo tras un buen rato, y me apretó la<br />

mano a modo de despedida.<br />

—Gracias por enseñarme. —Entré en la habitación, pero no pude<br />

contenerme. Salí de nuevo, y allí estaba, llenando con su presencia la<br />

entrada.<br />

Había escuchado muchas veces las teorías de la profesora Agnes,<br />

estudiando la «Ilusión de la intimidad» y los «Peligros a causa de chicos y<br />

hombres» y leído muchas cosas sobre «Manipulaciones sutiles». Pero de una<br />

forma soterrada, en algún lugar de mí, existía un conocimiento más<br />

profundo, un espacio que ni el miedo ni la educación diseñada con la mayor<br />

astucia eran capaces de alterar. Era el modo en que Caleb había cambiado<br />

de tono aquel día en el bosque, echando la cabeza hacia atrás para cantar,<br />

mientras el eco repetía su voz entre los árboles; era la comida que nos servía<br />

todas las mañanas y todas las noches, las toallas y las camisas torpemente<br />

dobladas, el agua del baño que le llevaba a Arden sin que nadie se la hubiese<br />

pedido.<br />

Y supe, quizá con más certeza que cualquier otra cosa, que era un<br />

hombre bueno.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!