Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART
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Llegamos a un pueblo en ruinas cuando el sol se ocultaba ya tras las<br />
lejanas colinas. El pavimento estaba agrietado, y los desniveles hacían<br />
saltar las monedas apiladas en el salpicadero del coche. El vehículo<br />
continuó su camino, traqueteando y bamboleándose, pero me sentí más<br />
segura a medida que nos acercábamos a Califia.<br />
—En cuanto a Leif… —musité. Caleb tenía el mapa sobre el volante y<br />
sujetaba las puntas con las manos para que no se doblasen. Dejábamos<br />
atrás tiendas vacías y puñados de arbustos resecos y ennegrecidos—. No<br />
fue…<br />
—Lo sé, lo sé —se apresuró a contestar—. No hay nada que explicar.<br />
—Apartó el mapa y me miró a los ojos. Tenía los labios enrojecidos por el<br />
exceso de sol.<br />
—No sabía si volvería a verte alguna vez. —Se me quebró la voz—. No<br />
deberías…<br />
—Ojalá no me hubiese marchado —repuso alzando más la voz.<br />
Aminoró la velocidad y se giró hacia mí, lloroso. Se pasó un dedo sobre el<br />
entrecejo para limpiarse el polvo—. He pensado mucho en ese día y me he<br />
cuestionado qué habría ocurrido si hubiera estado allí cuando apareció ese<br />
animal y os metió a ti y a Arden en el camión.<br />
—¿Adónde fuiste? —Encogí las piernas y me acurruqué—. ¿Qué te<br />
pasó?<br />
Se restregó las sienes y explicó:<br />
—Fui a las montañas. Quería cabalgar hasta que se me aclarasen las<br />
ideas. Cuando volví al campamento, los chicos estaban muy disgustados.<br />
Benny… —Aceleró de nuevo esquivando los socavones en los que crecían<br />
gruesas raíces—. Benny era el que estaba peor de todos.<br />
—¿Y dónde están ahora? —Imaginé la sonrisa de Benny cuando<br />
conseguía leer una palabra correctamente, y a Silas, en medio de su<br />
habitación, luciendo el tutú y un sombrero de vaquero en la cabeza.<br />
—Siguen allí… con Leif. —Volvió a sujetar el volante, puesto que<br />
piedras y ramas rascaban los bajos del vehículo. El significado de sus<br />
palabras estaba claro: había dejado atrás su casa, su vida, sus amigos… por<br />
mí. Tras una larga pausa, dijo—: Voy contigo a Califia. Viviremos los dos allí.<br />
Había algo en el plural, «los dos», que me consoló. Ya no éramos solo él<br />
o solo yo, sino nosotros dos.<br />
Todavía parecía posible compartir una vida, una vida en Califia, aquel<br />
lugar que se encontraba una vez atravesado el puente rojo, escondido entre<br />
montañas junto al mar. La comunidad de huérfanos escapados nos<br />
aceptaría. Yo podría dar clases, y él cazaría y enviaría mensajes a los chicos<br />
de los campos de trabajo, e incluso volveríamos al colegio en cuanto<br />
pudiésemos afrontar el viaje, y rescataría a Ruby y a Pip, como había