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Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

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La mujer bajó la vista y recorrió con un dedo las vetas de la mesa de<br />

madera antes de responder:<br />

—El rey no quiere a gente como nosotros en la ciudad. Somos<br />

demasiado viejos para servir de algo. Quería que yo diese clases en un<br />

colegio y que Otis barriese el suelo en los campos de trabajo. Pero no, no es<br />

por eso.<br />

—No fuimos porque no era justo —explicó él—. Ni lo es ahora.<br />

—Durante la epidemia, y cuando ya hubo pasado, todo el mundo<br />

estaba aterrado —continuó diciendo Marjorie—. Antes había un gobierno<br />

oficial, una democracia. Pero la enfermedad avanzó con gran rapidez, y la<br />

mitad de los líderes del país murieron en los primeros seis meses. Las leyes<br />

perdieron significado, ya nadie leía la Constitución; y la información se<br />

censuró. Ahora sé que en parte se hizo a propósito. Durante mucho tiempo,<br />

sin electricidad ni teléfono, no nos dieron explicaciones sobre lo que estaba<br />

ocurriendo. Más adelante un político presentó un plan de reconstrucción: en<br />

principio ocuparía el poder hasta que todo se normalizase, pero eso ocurrió<br />

dos años antes del fin de la epidemia. Y posteriormente, todo el mundo<br />

confiaba en él y le creían cuando decía que América debía unificarse bajo un<br />

único líder. Estaban demasiado asustados, así que se limitaron a escucharlo<br />

y a seguir sus normas; jamás lo cuestionaron, y todo empeoró.<br />

—Tal vez cambien las cosas si esperamos un poco. —Lark apoyó la<br />

cara en las manos—. No será siempre así. Cuando la Ciudad de Arena esté<br />

acabada y…<br />

—El tiempo es neutral —la corrigió Marjorie, empleando términos<br />

firmes dictados por el ritmo de la memoria—. Y tendremos que pedir perdón<br />

a esta generación no solo por las palabras y los hechos horribles de las<br />

malas personas, sino también por el inexplicable silencio de los buenos.<br />

Otis se reclinó en la silla y, estirando la pierna de madera, pronunció<br />

un nombre:<br />

—Martin Luther King júnior.<br />

—¿Quién es? —pregunté, al tiempo que cogía el último trozo de jabalí.<br />

Otis y Marjorie intercambiaron una mirada.<br />

—Aún tenéis mucho que aprender, jovencitas —respondió el anciano.<br />

—Disponemos de varios días —repuse. Habíamos estudiado mucho<br />

en el colegio, pero en aquel momento todo lo aprendido me parecía banal. Mi<br />

verdadera educación había empezado al conocer a Caleb, y me dio la<br />

impresión de que solo había sido el inicio; ni siquiera era capaz de imaginar<br />

la verdad.<br />

—Sí, en efecto —afirmó Marjorie. Deslizó las manos sobre la mesa sin<br />

apartar la vista de su pareja—. Pero de momento, ¿por qué no traes el<br />

proyector? Estoy segura de que estas chicas nunca han visto una película

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