Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART
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profesora, porque ha demostrado gran dedicación e inteligencia en cada<br />
clase.<br />
Tardé unos momentos en entender que se refería a mí, hasta que sentí<br />
la presión de los dedos de Arden en mi brazo. Se me agarrotó la garganta. «Se<br />
ha dado cuenta.» Tal vez se había detenido en la puerta de la habitación de<br />
Benny y fijado en los libros sobre la mesa o en los juguetes de plástico que<br />
había retirado del suelo para que los alumnos se sentasen. Me había estado<br />
observando.<br />
—Gracias a Arden y a <strong>Eve</strong> —añadió Leif, cogiendo otra jarra del tocón<br />
del árbol y levantándola. No alzó los inquietantes ojos ni nos miró. Todos los<br />
chicos se volvieron y dieron las gracias, unos con un gesto y otros con una<br />
sonrisa, antes de pasarse unos a otros la jarra y beber tragos de agua. Poco<br />
después abandonaron las solemnidades y se abalanzaron sobre el jabalí<br />
asado, las frutas silvestres y el pavo salvaje.<br />
Por último, cuando los nuevos cazadores comieron hasta hartarse y<br />
su euforia se calmó, volvió a hablar Leif:<br />
—Esta noche hay luna llena —informó señalando el cielo. En efecto, la<br />
luna empezaba a asomar; su vago perfil se hacía más visible a medida que el<br />
cielo rosáceo se teñía de morado—. Y hemos averiguado que los soldados<br />
han cambiado de dirección. Han abandonado el retén del sur, lo que<br />
significa que esta noche…<br />
—¡Saqueo! —gritó Michael, y al levantar las manos, le salieron<br />
despedidos trozos de jabalí de entre los dedos—. ¡Robaremos sus<br />
provisiones!<br />
Silas se puso a dar saltos de alegría.<br />
—¡Caramelos! ¡Caramelos!<br />
—Así es —afirmó Leif, sonriendo levemente. Se le había deshecho el<br />
moño con que se recogía los abundantes cabellos, de modo que una cascada<br />
de mojados rizos negros le caía sobre los hombros—. Es el momento ideal<br />
para un saqueo. Nos reuniremos aquí dentro de una hora.<br />
Los chicos se dirigieron al refugio, llevándose los restos del banquete.<br />
A todo esto, sentí un brazo alrededor de mis desnudos hombros.<br />
—¿Me permites? —preguntó Caleb.<br />
Me estremecí cuando su piel y la mía entraron en contacto.<br />
Caminamos juntos, mi paso adaptándose al suyo. ¿Sabía cuáles eran mis<br />
sentimientos hacia él? ¿Sabía que ocupaba un lugar en mis sueños y que<br />
incluso cuando dormía lo echaba de menos?<br />
—Sí… —acerté a decir—. Claro.