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Eve (Junior - Juvenil (roca)) (Spanish Edition) - deviantART

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carne que ella había cazado, despellejado y cocinado.<br />

—¿Es cierto que sabes nadar? —Me atreví a preguntar.<br />

—¿Quién te ha dicho eso? —Se quitó la sudadera negra, dejando al<br />

descubierto sus pálidos brazos. Tenía los hombros moteados de pecas.<br />

—Te vieron. —Pero no le expliqué que me había llevado una hora<br />

cruzar el lago agarrándome a las ramas llenas de espinas.<br />

Sonrió, como si recordase alguna cosa divertida, y comentó:<br />

—Aprendí yo sola. A ti nunca se te hubiese ocurrido, ¿verdad, doña<br />

Fosforita?<br />

No le hice caso.<br />

—¿No temías que te descubriesen? —Un conejo gris correteó por la<br />

carretera.<br />

—Las guardianas no suelen estar en el jardín después de medianoche,<br />

a menos que tengan una guardia especial. La mayoría de las noches son<br />

muy tranquilas en el colegio. —Se encaminó hacia el conejo, con el cuchillo<br />

en ristre. El animalillo permaneció inmóvil, mientras ella se le acercaba.<br />

No conseguía apartar de mi cabeza el día en que la vi nadando. Nunca<br />

se lo había visto hacer a nadie. ¿Se había metido en el agua sin más,<br />

moviendo los brazos? ¿Se apoyó en algo, como una rama o una cuerda?<br />

—¿Y no te daba miedo ahogarte?<br />

Al oír mi voz, el conejo desapareció entre la maleza de un jardín<br />

abandonado.<br />

—Muy bonito, <strong>Eve</strong> —bufó, y se colgó el cuchillo del cinturón—. Me<br />

encantaría que charlásemos de lo divino y de lo humano, créeme, pero tengo<br />

que cazar la cena—. Se metió entre las casas, sin molestarse en volver la<br />

vista.<br />

—¡Me buscaré la cena! —grité tras ella—. ¿Quedamos en la casita?<br />

No respondió. Seguí caminando; me alejé de las casas y me dirigí a<br />

una zona de tiendas en ruinas. La hierba cubría un restaurante; entre las<br />

enredaderas y el musgo se distinguía una gigantesca EME amarilla. Al fondo<br />

de la manzana había un enorme edificio, cuya fachada aguantaba, pero el<br />

letrero había perdido las letras. Decía: WAL MA T. Alguien había escrito con<br />

un espray sobre las ventanas rotas de la parte delantera las palabras: «ZONA<br />

DE CUARENTENA. SI ENTRA, ATÉNGASE A LAS CONSECUENCIAS».<br />

Cuando el camión cruzó las barricadas para evacuar a los niños sanos<br />

que quedaban, mi madre les pidió que me llevasen. Corrí hacia el buzón y<br />

me aferré al poste de madera, empeñada en quedarme. Fue inútil. Mi madre<br />

salió a la puerta, sangrando por la nariz, cuando me metieron en la parte de<br />

atrás del camión. Tenía los ojos hundidos, del color de las ciruelas podridas,

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