Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
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diferencien según el ámbito de actividad anímica del cual<br />
procuran <strong>con</strong>seguir placer, o acaso por <strong>lo</strong>s métodos de que<br />
se valen para el<strong>lo</strong>. liji este momento no podemos decidir<strong>lo</strong>;<br />
pero retengamos que como re<strong>su</strong>ltado de nuestra indagación<br />
la técnica del <strong>chiste</strong> y la tendencia al ahorro, que la gobierna<br />
parcialmente (págs. 42 v sigs.), han quedado vinculadas <strong>con</strong><br />
la producción de placer.<br />
Ahora bien, antes de pasar a la solución de este enigma, a<br />
saber, cómo <strong>lo</strong>s recursos técnicos del trabajo del <strong>chiste</strong> pueden<br />
excitar placer en el oyente, recordemos cjue a fin de simpliücar<br />
y de obtener una mayor trasparencia hemos dejado<br />
de lado <strong>lo</strong>s <strong>chiste</strong>s tendenciosos. No obstante, estamos obligados<br />
a indagar cuáles son las tendencias del <strong>chiste</strong> y la manera<br />
en que él sirve a esas tendencias.<br />
Una observación, sobre todo, nos advierte que no debemos<br />
dejar de lado al <strong>chiste</strong> tendencioso en la indagación del<br />
origen del placer provocado por el <strong>chiste</strong>. Til efecto placentero<br />
del <strong>chiste</strong> inocente es las más de las veces moderado; un<br />
agrado nítido y una fácil risa es casi siempre todo cuanto<br />
puede <strong>con</strong>seguir en el oyente, y de ese efecto, además, una<br />
liarte debe cargarse en la cuenta de <strong>su</strong> <strong>con</strong>tenido de pensamiento,<br />
como ya <strong>lo</strong> notamos en ejemp<strong>lo</strong>s apropiados (pág.<br />
88). I'd <strong>chiste</strong> no tendencioso casi nunca <strong>con</strong>sigue esos repentinos<br />
estallidos de risa que vuelven irresistible al tendencioso.<br />
Puesto que la técnica puede ser la misma en ambos,<br />
nos está permitido <strong>con</strong>jeturar que el <strong>chiste</strong> tendencioso por<br />
fuerza dispondrá, en virtud de <strong>su</strong> tendencia, de imas fuentes<br />
de placer a que el <strong>chiste</strong> inocente no tiene acceso alguno.<br />
Ahora bien, es fácil abarcar el <strong>con</strong>junto de las tendencias<br />
del <strong>chiste</strong>. C'uando este no es fin en sí mismo, o sea, no es<br />
inocente, se pone al serxicio de dos tendencias solamente,<br />
que aun admiten ser reunidas bajo un único punto de vista:<br />
es un <strong>chiste</strong> hostil (que sirve a la agresión, la sátira, la defensa)<br />
u obsceno (que sirve al desnudamiento). De antemano<br />
cabe apuntar, también aquí, que la modalidad técnica<br />
del <strong>chiste</strong> —que sea un <strong>chiste</strong> en la palabra o en el pensamiento—<br />
no tiene ninguna <strong>relación</strong> <strong>con</strong> esas dos tendencias.<br />
Más espacio requiere exponer la manera en que el <strong>chiste</strong><br />
sirve a tales tendencias, ¡-"refiero empezar esta indagación,<br />
no <strong>con</strong> el <strong>chiste</strong> hostil, sino <strong>con</strong> el desnudador. Por cierto,<br />
mucho más raramente se <strong>lo</strong> ha <strong>con</strong>siderado digno de estudio,<br />
como si cierta repugnancia se hubiera trasferido aquí del tema<br />
de esos <strong>chiste</strong>s al hecho positivo de <strong>su</strong> existencia; en<br />
cuanto a nosotros, no nos dejaremos despistar por el<strong>lo</strong>, pues<br />
enseguida tropezaremos <strong>con</strong> un caso límite de <strong>chiste</strong> que<br />
promete esclarecernos más de un punto oscuro.<br />
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