Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
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mos permitirnos un alivio que no podrá menos de re<strong>su</strong>ltarnos<br />
placentero a nosotros mismos. La respuesta precisa a<br />
esa pregunta coincidiría <strong>con</strong> una exposición exhaustiva sobre<br />
la naturaleza de <strong>lo</strong> cómico, para la cual no podemos<br />
atribuirnos ni aptitud ni competencia. Nos <strong>con</strong>tentaremos,<br />
otra vez, <strong>con</strong> iluminar el problema de <strong>lo</strong> cómico só<strong>lo</strong> hasta<br />
donde él se recorta <strong>con</strong> nitidez partiendo del problema del<br />
<strong>chiste</strong>.<br />
A todas las teorías de <strong>lo</strong> cómico <strong>su</strong>s críticos les han objetado<br />
cjuc <strong>su</strong> definiciíín descuida <strong>lo</strong> esencial de la comicidad.<br />
Lo cómico descansa en un <strong>con</strong>traste de representación; sí,<br />
mientras esc <strong>con</strong>traste produzca un efecto cómico y no de<br />
otra índole. F.l sentimiento de la comicidad estriba en la<br />
disipación de una expectativa; sí, siempre que esa expectativa<br />
no sea más bien penosa. ]:s indudable que esas objeciones<br />
están justificadas, peio se las sobrestima si de ellas<br />
se infiere que el signo distintivo esencial de <strong>lo</strong> cómico ha<br />
escapado hasta ahora a la intelección. Lo que menoscaba la<br />
validez universal de aqLiellas definiciones son <strong>con</strong>diciones<br />
indispensables para la génesis del placel' cómico; pero no es<br />
forzoso biiscar en ellas la esencia de la comicidad, l-'or <strong>lo</strong><br />
demás, só<strong>lo</strong> nos re<strong>su</strong>ltará fácil rechazar las objeciones y esclarecer<br />
las <strong>con</strong>tradicciones planteadas a las definiciones de<br />
<strong>lo</strong> cómico si hacemos brotar el placer cómico de la diferencia<br />
por comparación entre dos gastos. F.l placel- cómico y el<br />
efecto en e|ue se <strong>lo</strong> discierne, la risa, só<strong>lo</strong> pueden nacer entonces<br />
si esa diferencia no encuentra aplicación y es <strong>su</strong>sceptible<br />
de descaiga, ("uando la diferencia, tan pronto es discernida,<br />
experimenta otra aplicación, no ganamos ningún<br />
efecto placentero, sino a <strong>lo</strong> <strong>su</strong>mo un pasajero sentimiento<br />
de placer en que no se recorta el carácter cómico. Así como<br />
en el <strong>chiste</strong> es ]-)reciso que se den particulares <strong>con</strong>stelaciones<br />
para prevenir un diverso empleo del gasto que se juzga <strong>su</strong>perfino<br />
[págs. 144 y sigs.], de igual modo el placer cómico<br />
só<strong>lo</strong> puede nacer bajo circunstancias que satisfagan esta última<br />
<strong>con</strong>dición. Por eso, si <strong>lo</strong>s casos en c|ue nacen esas diferencias<br />
de gasto dentro de nuestro representar son numerosísimos,<br />
comparativamente raros son aquel<strong>lo</strong>s en que de ahí<br />
<strong>su</strong>rge <strong>lo</strong> cómico,<br />
Dos puntualizacioncs se imponen a quien <strong>con</strong>sidere aunque<br />
só<strong>lo</strong> sea de pasada las <strong>con</strong>diciones para la génesis de <strong>lo</strong><br />
cómico a partir de la diferencia de gasto; la primera, que<br />
existen casos en cjuc la comicidad se instala regularmente y<br />
como de un modo necesario, y en oposición a estos, otros<br />
casos en que el<strong>lo</strong> parece depender por completo de las <strong>con</strong>diciones<br />
del caso y del punto de vista del observador; y la<br />
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