Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
Volumen VIII – El chiste y su relación con lo inconsciente (1905)
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
el crédito de la casa, y más todavía <strong>su</strong> <strong>su</strong>pervivencia, pues<br />
una bancarrota <strong>lo</strong> privaría de <strong>su</strong> medio de vida. En cambio,<br />
el párroco protestante es él mismo en todas partes el patrón<br />
y lleva adelante el negocio de la religión por cuenta propia,<br />
Y no atiende un gran comercio, como <strong>su</strong> colega católico, sino<br />
uno pequeño; como debe promover<strong>lo</strong> so<strong>lo</strong>, no puede permitirse<br />
trabajar <strong>con</strong> poco ce<strong>lo</strong>; tiene que encarecer a la gente<br />
<strong>su</strong>s artícu<strong>lo</strong>s de fe y desprestigiar <strong>lo</strong>s artícu<strong>lo</strong>s de <strong>su</strong>s competidores,<br />
y, como genuino pequeño comerciante, permanece<br />
en <strong>su</strong> tíendita lleno de envidia profesional hacia todas las<br />
grandes casas, y muy en particular hacia la gran casa de Roma,<br />
que mantiene a <strong>su</strong>eldo a miles y miles de tenedores de<br />
libros y mozos de expedición y posee factorías en las cuatro<br />
partes del mundo».<br />
En vista de estos ejemp<strong>lo</strong>s, así como de muchos otros, ya<br />
no cabe poner en entredicho que una comparación puede<br />
ser en sí chistosa, sin que esa impresión deba ser referida<br />
a <strong>su</strong> complicación <strong>con</strong> alguna de las técnicas del <strong>chiste</strong> ya<br />
familiares. Empero, se nos escapa por completo <strong>lo</strong> que presidiría<br />
el carácter chistoso del símil, puesto que él sin duda<br />
no adhiere al símil como forma de expresión del pensamiento<br />
ni a la operación de comparar. No podemos hacer otra<br />
cosa que incluir al símil entre las variedades de la «figuración<br />
indirecta» utilizada por la técnica del <strong>chiste</strong>, y nos vemos<br />
precisados a dejar irre<strong>su</strong>elto el problema que en el<br />
caso del símil nos ha salido al paso <strong>con</strong> nitidez mucho mayor<br />
ciue en <strong>lo</strong>s recursos del <strong>chiste</strong> ya tratados. Debe de existir<br />
una particular razón para que en el símil hallemos más dificultades<br />
que en otras formas de expresión en cuanto a<br />
decidir si algo es o no un <strong>chiste</strong>.<br />
Ahora bien, esa laguna que nos queda sin entender no<br />
es motivo para que se nos acuse de haber malgastado infructuosamente<br />
el tiempo en esta primera indagación. Dada la<br />
íntima trabazón que debemos estar preparados para atribuir<br />
a las diversas propiedades del <strong>chiste</strong>, habría sido impropio<br />
esperar que pudiéramos esclarecer por completo un aspecto<br />
del problema antes de echar un vistazo a <strong>lo</strong>s otros. Ahora,<br />
justamente, pasaremos a abordar<strong>lo</strong> desde otro costado.<br />
({Tenemos la certeza de que a nuestra indagación no se<br />
le ha escapado ninguna técnica posible del <strong>chiste</strong>? No, por<br />
cierto; pero si <strong>con</strong>tinuamos el examen de material nuevo podemos<br />
<strong>con</strong>vencernos de que hemos tomado <strong>con</strong>ocimiento de<br />
<strong>lo</strong>s recursos técnicos más frecuentes e importantes del trabajo<br />
del <strong>chiste</strong>, al menos hasta donde es necesario para for-<br />
83