18.05.2013 Views

Islas en la red

Islas en la red

Islas en la red

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

No pudo captar ninguna pa<strong>la</strong>bra, pero apreció que<br />

había pausas, y ocasionalm<strong>en</strong>te creyó oír un leve<br />

zumbido eléctrico.<br />

Le quitaban <strong>la</strong>s esposas para comer y para ir a <strong>la</strong><br />

letrina. Luego volvían a ponérse<strong>la</strong>s, apretadas,<br />

cuidadosam<strong>en</strong>te, muy altas <strong>en</strong> sus muñecas, de<br />

modo que no pudiera escurrirse a través del círculo<br />

de sus propias manos y conseguir situar<strong>la</strong>s de<strong>la</strong>nte<br />

de su cuerpo. Como si importara, como si pudiera<br />

liberarse de un solo salto y arrancar <strong>la</strong> puerta de<br />

hierro de sus bisagras con sus uñas.<br />

Al cabo de una semana sus hombros estaban <strong>en</strong> un<br />

estado constante de sordo dolor, y t<strong>en</strong>ía <strong>la</strong> piel<br />

terriblem<strong>en</strong>te irritada <strong>en</strong> su barbil<strong>la</strong> y mejil<strong>la</strong> de<br />

dormir boca abajo. Sin embargo, no se quejaba.<br />

Había visto brevem<strong>en</strong>te a uno de sus compañeros<br />

prisioneros, un hombre asiático, japonés creyó. Iba<br />

esposado, con grilletes <strong>en</strong> los pies y una v<strong>en</strong>da <strong>en</strong><br />

los ojos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!