Islas en la red

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Una vez a la semana traían una antigua videograbadora a la celda. Tenía un televisor en blanco y negro fabricado en Argelia. También había cintas. La mayoría eran partidos de fútbol americano pasados de moda. La vieja versión del fútbol a todo contacto había sido eliminada hacía años. El juego era espectacularmente brutal: enormes gladiadores con cascos y armadura. Cada cuatro jugadas, alguno de ellos parecía quedar tendido en el suelo y herido. A veces, Laura simplemente cerraba los ojos y escuchaba el maravilloso flujo del inglés. A Jofuette le gustaban los juegos. Luego había películas. Las arenas de Iwo Jima. Los Boinas Verdes. Fantástica, alucinante violencia. Disparaban contra los enemigos y estos caían limpiamente, como muñecos recortables de papel. A veces los chicos buenos recibían algún disparo también, generalmente en el hombro o en el brazo.
Se limitaban a hacer alguna mueca, quizás a poner cara dura. Una semana llegó una película llamado Camino a Marruecos. Estaba ambientada en el desierto africano y protagonizada por Bing Crosby y Bob Hope. Laura tenía vagos recuerdos de Bob Hope, creía haberlo visto cuando ella era muy joven y el era muy viejo. En la película era joven, y muy divertido, de una manera extravagantemente premilenio. Le dolió terriblemente verle, como si le arrancaran de golpe un vendaje, alcanzando partes profundas de ella que había conseguido mantener insensibles. Tuvo que parar la cinta varias veces para secarse las lágrimas. Finalmente, sacó la cinta y la volvió a meter bruscamente en su caja. Jofuette agitó la cabeza, dijo algo en bambara y volvió a meter la cinta. Mientras lo hacía, un trozo doblado de tisú, o de papel para cigarrillos, cayó de
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Islas en la red Bruce Sterling
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cruzaban estroboscópicamente su cu
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fuertemente del cable. Un metro de
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los buenos ciudadanos. ¿Quiere reg
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con movimientos misteriosamente sin
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moneda de los Médicis. El relajado
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Él se encogió de hombros. —No.
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― Has hecho un maldito tiempo, mu
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—Bajo en un minuto, Margaret. No
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—Los típicos cambios de humor
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estampada y una chaqueta de calle a
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puesto que recientemente se había
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Nunca he oído hablar de ellos
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turística sea llevada de una forma
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De acuerdo, lo siento dijo Laur
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diplomáticos que había visto cuan
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consejos eran aceptados con algo me
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Laura llevó a la mujer a la atesta
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arregló el pelo con ambas manos.
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― Estaba a punto de mencionar la
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económicamente sensatas. La Iglesi
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eaccionarios. Y no, no son pociones
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—Estamos en la edad moderna, señ
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uja! ¿Vio usted esos ojos? Como un
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unidireccional grabada. Y los víde
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mostraba en ella. En su mayor parte
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ciudad, una celdilla dentro de una
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un tipo honesto, puedes jugar al p
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natural. Proyecto de alojamiento ku
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terminado. Lo que seguía era perso
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ninguna suerte en absoluto. Quiero
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Granada..., esa reunión que vas a
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Pequeños y rastreros estafadores d
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orgullo cívicos, y uno de los miem
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un viejo estoico, pero Laura tuvo l
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El objetivo era hacer que el humor
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Victoria de primera clase para la P
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—Apaga la luz. —Se volvió de s
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gustaban las abstracciones. Me llam
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—El transporte aceleró lentament
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—David es estupendo, madre. —La
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—Laura, sé que mi visita no ha s
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Luego unas galerías comerciales co
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Ahora era un barrio periférico, co
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He ayudado a David a derribarlos.
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observándolo. Las delgadas alas ce
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¿quieres? No soy tan joven como er
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Como si hubierais arrojado una red
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absolutos se volvían sensibleros,
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vestidos universitarios negros con
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—¿ Dónde están los banqueros?
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― Lo sabemos —respondió Sticky
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—Sí —dijo David. Distaba mucho
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—Necesitaremos provisiones. Se lo
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Después de todo, funcionó con la
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—Pero esos son gobiernos nacional
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tenemos que hacer nuestra parte. La
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Los negociadores deberían haber ll
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Los otros vieron esto como un insul
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El viejo pareció escéptico. David
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Los chantajistas, fueran quienes fu
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pinchar las líneas de datos y a tr
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almacenar todo aquello sobre lo que
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superficie y lanzaban al aire sus c
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venganza, una respuesta al escozor
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Allá prosperaron, vendiendo rifles
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como «Big Bobby» Vesco que se hab
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Laura se sentía tranquilizada de q
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Por eso tantos de ellos confían en
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No te culpo por pensar eso dijo
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Desde un principio los granadinos p
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derrumbado en una silla, con aspect
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—Bueno, yo hablo español indic
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—De acuerdo —dijo bruscamente L
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imperialista estadounidense..., no
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acerca de mi madre..., deben tener
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—Ha estado bien —dijo—. Dame
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orgasmo como quien levanta una pare
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despatarró en su lado. Estupendo,
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permaneció suspendida allí por un
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Hay máquinas y máquinas, ¿sabe?
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3 Laura miró mientras se llevaban
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del 12 de septiembre de 2023, coman
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grupos tan notorios como los Caball
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El alcalde Alfred A. Magruder asint
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Laura y Emerson hablaron a la vez.
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además..., no los locales, puedo e
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ligados unos a otros. Si se tira de
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—Acabo de enterarme —dijo Emily
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—Oh, Jesús, los rangers están a
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entonces que las gafas de sol eran
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—¿Algo para usted, capitana Baxt
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—¿Había oído hablar alguna vez
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—Debería renirla —dijo Voroshi
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—Esto es un Vehículo a Control R
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Un «trabajo interno», como dicen
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muchos años. Pero Washington se pl
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—Sólo por un tiempo ― añadió
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Laura alzó la vista, sorprendida.
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Los nuevos reclutas eran llevados a
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Albergue. Cullen era bioquímico, e
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Cullen se detuvo en un umbrío clar
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Eso distaba mucho de ser perfecto.
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Era difícil de comprender, sin emb
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estamos en posición de hablar de u
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Ese tipo de resumen era típico de
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—Francamente, les temo menos a lo
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Webster sólo porque ellos estén a
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—Todos estamos en peligro ahora
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propias habilidades para enfrentars
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ajustadas para corregir el astigmat
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Funcionará, decidió Laura. Iban a
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vuelo. Ocho horas de maldito avión
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acerca de sus décadas de aislamien
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apergaminada desesperación y paté
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―Me alegra que estés aquí conmi
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escafandrismo, quizá podamos hacer
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después de oscurecer. Sus enrollad
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delante y se dirigió a su escolta
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norteamericano» residente en Houst
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Bahía de los Cochinos, me refiero.
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su «Movimiento del Nuevo Milenio»
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Sticky se encogió de hombros. —P
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Quizá piense usted que estaría
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del coche. El guardia pareció acab
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—Por supuesto ― bufó Sticky—
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― El personal del Albergue estaba
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acostumbrados a ver a los yanquis c
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—Puedo ocuparme de la niña, señ
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—Hubo un breve forcejeo con sus m
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desvelo pero no pudiera recordar d
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oír eso —murmuró Laura. Se esfo
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poco de zumo de papaya, Laura? —D
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india. India oriental, quiero decir
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—¿Quieres trabajar en la casa? D
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instalados a la altura del pecho y
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con sus cenceñas patas alzadas vei
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solía trabajar en ellas —dijo Da
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con gran regocijo. Bajaron por una
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nada. Tendrían que estar ustedes f
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—[Mi esposa esta de acuerdo conmi
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― [Sí, Seguro] —dijo King—.
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Carlotta se le acercó sobre el hú
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Las estaciones quedaron a sus espal
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Laura. ¿Ese rompeolas es un barc
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Carlotta rió quedamente. —No est
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una grúa instalada al nivel de la
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― Fue un héroe nativo —explic
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son grandes hoy, David. Más grande
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Muy poco. —Hizo una pausa ― . N
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—Quizá —dijo Andrei. Si no t
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arañado por multitud de pies. Las
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—Bueno, ¿puede usted quedarse of
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complacida ante la expresión impre
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seria. Está usted en el lado equ
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― ¿Cree Andrei en todo esto? Car
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Señor Webster, lo que podría hace
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de crédito personales, obtenidas e
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agraciada cabeza—. Nuestra isla e
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atrás un mechón suelto de rubio c
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imaginó corriendo arriba y abajo p
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—Es usted escéptico con respecto
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Las puertas se abrieron. Laura y Da
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Loretta parpadeó en su arnés. No
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—Ve a lavarte. Yo me haré cargo
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lleva el equipo de Laura, supongo q
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Andrei entró tras ellos, se volvi
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vertical. Era cartón, eso es lo qu
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aterrador en su elegancia como el c
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el resabio gredoso del limo. El sue
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espaldas. Accionaba un pulverizador
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—Uh, acabamos de comer... David
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― Sí, son conservadores, gazmoñ
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egistrados casos de gente que ha mu
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—Nosotros no hacemos esa distinci
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Espíritu Emprendedor... —Prentis
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—No he visto esto en el mercado..
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—Mire, él está escuchando. ¿Qu
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nunca llegan a ninguna parte. —Vo
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Prentis recogió el trozo cortado y
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Prentis negó enérgicamente. —Tu
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—Oh, de nada —dijo Prentis. Su
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construidos para impedir las explos
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Volvieron sobre sus pasos hacia arr
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—No, no lo estará. Yo todavía n
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desearon ocuparse también de la ni
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Carlotta; algo así como compartir
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evolucionarios del Movimiento ...,
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― Es importante, David. La cosa m
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pelo con largos y sensuales movimie
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Dio unos saltitos en el extremo, se
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― No lo sé. Algún desorden nerv
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Todo el mundo sabía aquello. Siemp
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personas que la habían hecho..., s
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punto de cerrarse. Pereira —Míst
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Emily Donato habló en la oscuridad
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Malí nunca firmó la Convención d
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—Su pelo era natural, pero é1 ha
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una mancha en la oreja que se te ha
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eaccionar, pero ahora estaba con el
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Se arrastraron fuera a la luz del a
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—Sacó sus gafas de un bolsillo a
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parecían sorprendentemente amarill
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¿eh?. Algo así como esos pendenci
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sólo para psicoanalizarme o lo que
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sobre los baches del arcén. Sus ca
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—Debió sentirse usted muy orgull
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Laura se humedeció los labios. Se
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Eso no va a funcionar... Pero no cr
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—[No seas estúpida, Laura. Vas a
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El Campo Fedon era un nuevo tipo de
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― Ajá. Desde ahí arriba, pueden
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—Hay otras formas de entrar, adem
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Todo sobre bases de datos abiertas,
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no tienen mucho valor estos días.
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cinco años, con maquillaje vídeo
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hizo casi todas las preguntas, con
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Y las pruebas no tenían consistenc
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—Como negociadora nuestra. Como r
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que tal vez les sorprenda. Rainey
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nadie. Y usted es una candidata per
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—Lo siento, Gould, de veras —re
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—¡Arda el Papa! —dijo el gener
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Pero la magia..., fluye directament
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estaban riendo y sacudiendo sus cab
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algunas pequeñas sugerencias onlin
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—Vaya más despacio, Sticky dij
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—La milicia lleva tres días en e
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―Eso está bien. Está realmente
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conglomerada y piedra marina... Hun
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—Bueno, por supuesto que lo está
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Las veremos juntos, y tú puedes ha
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Fue una especie de oferta genérica
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El ron se volvió rancio en su est
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civilizaría el lugar..., los apart
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parpadeo, una oscilación, o un gru
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Algo había caído sobre el techo.
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—Lo siento mucho, señora —gimo
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—Hemos creado simulaciones de est
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La mansión ardió hasta los cimien
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—De acuerdo —dijo Laura. ¿Qu
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—Buen Dios ―dijo David. —Eso
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adornados elementos hidráulicos er
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—Ellos nos dicen lo mismo —admi
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La noche era perforada por los foco
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nada de botín! Entraron en el larg
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de rostros tensos..., parecían div
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una rápida zancadilla. El que se q
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manos en el signo de bendición de
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—Me dijo lo que usted hizo —ind
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—Sticky es un soldado búfalo —
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aceptable»..., ¡es como una ojiva
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alguna vez lo que le ocurre a la ge
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6 Fue un vuelo de pesadilla..., com
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—Hay montones de otros Albergues
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—¿Lo estas? Los músculos de la
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Cosas auténticas..., no esa mierda
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Alguien llamó en japonés: —¡La
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están con nosotros, ¿verdad? Dem
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Laura se mostró asombrada. —¿Ky
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cuando aún estaba débil por el ha
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―Hummm ― murmuró David. En l
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Laura apartó su plato, luchando co
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¿O Japón? ¿O Malí, o Granada?
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gobierno los estará arrestando com
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demócratas económicos. Si creen u
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—Hola —dijo Laura a la periodis
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—¿Qué ocurrió allí? —pregun
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—¿Quiere decir que lo tienen tod
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—Celosos de mis fuentes sonrió
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—Oh —dijo Arbright—. Soy una
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Laura había oído aquel tono antes
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noticias de medianoche. Si el ELAT
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—Coche, abre la portezuela. Emi
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de baño mientras Emily se dirigía
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Estoy pensando que tal vez finalmen
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—¿Qué ocurre? —preguntó Davi
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—Vosotros no sabéis cómo ha est
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días, David. Y Singapur tiene un a
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― La verdad. ¿Crees que puedes c
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Un tenso silencio. Emily parecía d
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Él se sentó de nuevo en su tabure
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Emily apoyó gentilmente una mano e
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paredes a su alrededor estaban apil
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nacionales de Singapur. Hermosas, p
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SR. JEYARATNAM: ¿Está usted ponie
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los granadinos sí lo creen, porque
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SRA. WEBSTER: Bueno, nuestra idea d
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El nombre, sin embargo, tenía que
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moño y frágiles y protuberantes o
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celebridades del estadio. Las perso
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complejos ejercicios con sus rifles
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Singapur era ahora esencialmente un
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Puede tomarle las medidas al hombre
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»Pero, damas y caballeros..., amig
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vicios han devorado hasta el núcle
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desarrollada en el mundo de hoy! En
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civilización. ¡Nuestro Singapur c
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elementos de Singapur son los respo
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sabido reconocer nuestra básica co
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Gritos horrorizados. Un rugir y un
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El cemento avanzó hacia ella y apl
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Laura se sentó lentamente en la gr
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Sintió una mano en su hombro. Suve
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― No, lo vi. Se lo estaban llevan
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oscuridad. Una esquelética grúa h
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salvado realmente a alguien. Había
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Cuatro muchachos con atuendos blanc
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señorita Ting bajo observación. P
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espuma que había comprado allí po
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—Soy «no apto para empleo conven
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Laura miró a Alí. —¿Qué? —S
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—¿Por qué esto? ¿Por qué simp
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el Partido Antilaborista tenía alg
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—La tele dice que los teléfonos
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—¡David debería estar hablando
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—No puede llamar un taxi ― dijo
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Entonces los cielos se abrieron com
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El agente Treinta y seis la guió f
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Se reclinó de nuevo hacia atrás.
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—Espera un momento murmuró Lau
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su mano como una porra y sonrió, y
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Se metió con violencia entre la ge
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—No hay problema, muchacha dijo
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Una oleada de mareante calor envolv
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Laura se frotó los ojos con los nu
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—¿Sabe una cosa? Me alegra maldi
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El entusiasmo pareció alejarse de
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—Ustedes no harían lo que ellos
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de ella. Puedo hacerle cosas a esta
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—Nosotros nos ocuparemos de Singa
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el veneno de dentro, generalmente r
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―Porque tendrá que contárselo a
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justicia social multirracial, ¡qui
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8 Una brisa monzónica azotó su ai
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almacén Rizome, apropiándose de t
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Laura podía verlos ahora allá aba
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su televisión a baterías, y ahora
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también..., alzó la vista con su
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veían los blancos chorros de espum
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—De todos modos aquí no hacemos
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De pronto, los chicos sacaron sus a
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munición inmovilizadora robada y l
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estúpida del mundo, aquellos artis
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― Podríamos rendirnos a un helic
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—Ahora agitaremos la bandera haci
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—Los chinos de Singapur trabajan
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decidido no presionarles. Los rebel
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acuerdo? —Les mostró una hilera
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quinceañeros, habían sido golpead
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—¿Qué puede decirnos, coronel?
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Sus oídos zumbaban. ― Esto es s
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de policías, que se alinearon ráp
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Los rebeldes estaban ahora encima d
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Su trayectoria se interrumpió brus
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—No lucharemos ― dijo Suvendra
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—¡Está secuestrando a Laura!
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—¡Protesto! —gritó Laura, dan
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furiosa batalla, con los rebeldes l
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Su mente galopaba alocadamente. Pod
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empujando de forma salvaje, y de pr
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Pagar..., blandos ladrillos guberna
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iluminado con fluorescentes, listo
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Laura se peinó ligeramente el cabe
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listada, con unas gruesas gafas y u
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Se echó un poco hacia atrás, cris
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Tipo Vulgar pareció de pronto a pu
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oscuramente humillada—. No... —
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―Está bien ― murmuró Laura.
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usquedad, picó, como si estuviera
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Muy modesto. Tres chicos de aspecto
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shock cultural, intenso y mareante,
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—Vinimos aquí para tratar con el
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Su esposa empezó a gritarle algo.
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Singh entró bruscamente, agarró a
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—¡Que hable! ― gritó un hombr
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Singh la ayudó a mantener el equil
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de la policía que siseaban por enc
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La multitud de Laura emitió un sor
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se matan entre sí! El capitán de
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la reconocieron. Pero se retiraron
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—No creo en Granada. ― Pero es
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La radio de la policía chilló alo
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—¡Oh, no! —dijo el capitán—
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pasado el servicio privado de segur
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eran embarcados precipitadamente y
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ámbar gris de las entrañas de una
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—Tonterías —dijo el australian
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...A C A ƆO .... ― Tres a tres
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Tenía el aspecto clásico de un es
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—Hey, señorita —le gritó el t
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sobre la cubierta. El sargento dio
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—¡No! ¿El capitán tiene la pla
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En torno del Ali Kamenei, las grise
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tratamientos de longevidad a medio
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Podía ser interesante. A los pirat
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Ahora, por primera vez, estaba capt
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gente importante en este barco. A l
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—Llamadas telefónicas ― hizo e
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Pero había un acceso hasta allí a
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¿Una chaqueta a prueba de balas? U
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—¡Quizá sea granadino! —dijo
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vio el cavernoso cañón, y supo re
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hacia la borda. Por un momento Laur
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lentamente, inexorablemente, mientr
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furioso justo sobre su cabeza. Not
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—Agárrela. ¡Aprisa! Lo hizo. Er
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mangas llena de bolsillos y pequeñ
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9 Era enorme y estaba vivo, y palpi
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La tripulación del bote hinchable
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saturnos anillados amarillos. Como
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eran visibles. Los hombres se tocab
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enloquecedora, los dos hombres empe
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—Mire. Vamos a hacer esto de una
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Un marinero les aguardaba fuera, un
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seguir viviendo. Lo que estaba disp
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—Ustedes no son Viena —dijo Lau
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―¿Qué? —dijo inexpresivamente
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—¿De veras? —dijo suavemente L
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― ¡Ustedes mataron a Winston Stu
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República de Malí, nos pertenece,
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El cerebro de Laura se puso en pilo
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― Hubo un tiempo en el que había
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Se dedicaron a su comida: bandejas
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arco de superficie lo suficientemen
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gastaba comprando agujas extremadam
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y champú, ternera stroganoff y jud
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―Bueno, uno se mete dentro, por s
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—Si pueden encontrarme ustedes si
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Su visión le hizo pensar en la Red
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—Proteger a la gente —respondi
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organización..., hablar acerca de
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—No, realmente no —dijo Laura.
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― No, aquí tenemos juegos primit
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es vudú, puede comerse a una docen
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—Por supuesto que lo haré. —Sa
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gráficos eran toscos, con píxeles
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premilenio. Jugó a todos ellos has
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El marinero n° 1 miro por encima d
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El marinero n° 2 examinó su telé
Page 883 and 884: Cuando note que el avión agarra el
Page 885 and 886: terror, una absoluta maravilla: Sim
Page 887 and 888: los cordones que las cerraban. Se l
Page 889 and 890: —¿Quién es usted? ¿Dónde esto
Page 891 and 892: Al cabo de un momento consiguió re
Page 893 and 894: Los hombres alzaron la vista cuando
Page 895 and 896: Luego, un horrible lugar de reunion
Page 897 and 898: esqueléticas torres de vigilancia.
Page 899 and 900: Una porra la golpeó por detrás, e
Page 901 and 902: mataran con su dignidad intacta. Pe
Page 903 and 904: algún lugar peor en el mundo. ¿Po
Page 905 and 906: La celda no tenía sanitario. Pero
Page 907 and 908: Durante la segunda semana, empezaro
Page 909 and 910: El terrorista soltó sus esposas. L
Page 911 and 912: ― Sí... Entienda: gracias a las
Page 913 and 914: ― No creo que la Convención de V
Page 915 and 916: necesario aquí. Pero, sin un disua
Page 917 and 918: —¡No! —Nosotros no hubiéramos
Page 919 and 920: La nueva celda tenía la misma long
Page 921 and 922: había sido retenida en el complejo
Page 923 and 924: ― Este comunicado es desinformaci
Page 925 and 926: señora Webster. Es una cosa, un pr
Page 927 and 928: campos de la muerte encuentran razo
Page 929 and 930: Jofuette venía de abajo, del nivel
Page 931 and 932: de llorar, lloraba. No pensaba en l
Page 933: Un mes, y un mes, y un mes, y un me
Page 937 and 938: y cuatro más 10 El segundo año pa
Page 939 and 940: sugestivamente y se llevó las mano
Page 941 and 942: comisuras de los labios y ojos verd
Page 943 and 944: los pocos lugares que los terrorist
Page 945 and 946: pura fe. Habían cometido un error,
Page 947 and 948: —¡Sí! ―― gritó Laura. Salt
Page 949 and 950: Estaban sudorosos, lo cual no era n
Page 951 and 952: huesuda, y llevaba las ropas de lon
Page 953 and 954: —Mi esposo lo utilizó —dijo La
Page 955 and 956: ocupaban las últimas páginas de l
Page 957 and 958: ―Una mujer. Selous sonrió hoscam
Page 959 and 960: —De Texas. ― Por supuesto que n
Page 961 and 962: —Supongo que sí. Pero eso no pru
Page 963 and 964: nosotros y a llamarnos un «estado
Page 965 and 966: apiñan en nuestros mejores restaur
Page 967 and 968: ―No puedo imaginar nada peor. —
Page 969 and 970: —El presidente de Malí cree que
Page 971 and 972: Habían torturado a los tres agente
Page 973 and 974: cosa que se pareciera a un intelect
Page 975 and 976: una incipiente insolación. Orinó
Page 977 and 978: espantosamente, magulladas y tragan
Page 979 and 980: Los camiones redujeron su marcha. E
Page 981 and 982: a su estómago y las retiró empapa
Page 983 and 984: de un machete, y gruesas y sucias s
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un anillo con llaves. Estudió aler
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llevó a su propio buggy, aparcado
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hombres y chatarra. Luego les alcan
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—¿Con qué? —Mire en esa bolsa
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―¿Quién es su gente? ― Perten
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—Gresham. —¿Jonathan Gresham?
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—¿Cree usted que se saldrá de e
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― Si tocan ese campo, las Fuerzas
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en secos movimientos de semáforo.
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Gresham divisó lo que creyó que p
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prisión. Dios, estaba tan delgada.
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interior de la tienda, notó ásper
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Laura se puso dolorosamente en pie.
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se asomó por el horizonte, una ví
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Laura luchó hoscamente contra ella
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preocuparse. Todo no era más que u
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—Hemos hecho un buen promedio hoy
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El déjà vu se aposentó en ella.
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Su corazón empezó a martillear lo
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La boca de ella se hizo agua. —Os
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—Dejó la lata a un lado. Pero
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—La llevaré a mi harén, donde c
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―No hubiera debido darle de comer
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—¡Mam'selle, mam'selle! ¡Le th
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—Soy la que la ha traído hasta a
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expuestos, y estaban nerviosos. Se
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― Tras el incidente de ayer, Níg
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― Sí, tenemos aquí algunos que
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encarcelamiento. Vaya impulso para
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Songai, los imperios de Malí y Gha
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cabeza. Ella la rascó de las punta
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Gresham tradujo para ella..., extra
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―Esto es sólo un primer contacto
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—¡Los necesitamos si queremos al
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—A Viena, por supuesto. Que sepan
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de aquí, otro bocado de allá...,
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de la cámara, algo se estaba alzan
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―Sorprendente. ― Sonaba respetu
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estaremos jodidos yo y todo lo que
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dieciocho segundos. Esta emitiendo
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Gresham tecleó en su consola. Se o
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pueden conseguir el permiso de Ciud
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sobre la verdad. Desde hace años.
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Ella le siguió a regañadientes, s
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Escuchad, gente del Kel Tamashek, s
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Pero donde hay roca puede haber hie
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—Una pequeña parte de esta multi
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―Ah ― dijo Gresham, tranquilo
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Atlántico. Y me dije para mí mism
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método occidental, y a la pura inc
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—¡Katje me dijo eso! Que es una
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Él se detuvo por un instante. Ella
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Sorprendido, él se la palmeó suav
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Laura se llevó la mano casi incons
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—Me llamo Tamara Frolova..., este
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nuclear! A Azania esta vez... Dios
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Webster, debo prohibirle que siga h
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fuerte resonar. Los dos hombres se
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11 Esquivó a los periodistas en el
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Las olas de tormenta, empujadas hac
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anderas. Diversiones inocentes, ba
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actitud se volvía adoradora..., es
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Entró y arrojó el sombrero sobre
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Que finalmente te habían alcanzado
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jodido escándalo, un auténtico se
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Esos pequeños bastardos ahí fuera
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Lo cortó, y todo el mundo canto. N
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de ella por su imagen en la cinta d
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había sido vendido años antes a l
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por gente que eran en parte fanáti
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—No, salgamos de aquí. —Empuj
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tuve... ¿Sabes?, cuando vine aquí
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—No le quedaba nada que ocultar
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—Es maravillosa le dijo Laura a
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Su madre se quitó las gafas, la mi
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― Bueno dijo su madre, tolerant
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La oficina de telecom era un reviva
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en eso! Por otra parte, los paraís
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La cinta siguió pasando, con la na
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empuñaduras enjoyadas y vainas ado
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la Red desea saber por qué. ¿Qué
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El segundo cámara había entrado e
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—Coronel..., habla como si no esp
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del teléfono. No necesita esos coh
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—Granada y Singapur eran piratas
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—Oh, Dios mío dijo McIntyre.
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―Podría significar millones ―
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Siéntese, Laura, lo siento... ¡No
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en serio..., lo bastante pequeña c
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créame, resulta muy extraño ahí
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Ella apagó el aparato. De pronto p
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—Yo podría hacer buen uso de alg
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—Sí. ¿Qué es esto, un piso cua
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Los cláxones sonaban. La gente se
show all

Islas en la red

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