Hablando con Xavier Zubiri - Etor-Ostoa
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<strong>Hablando</strong> <strong>con</strong> <strong>Xavier</strong> <strong>Zubiri</strong> III. José Antonio Artamendi<br />
•10<br />
Cuando Descartes sometió todo a la duda, logró salvarse no<br />
sólo como verdad de hecho, sino como verdad de razón, el «yo».<br />
Más tarde ese «yo», fue tomando otras dimensiones, por<br />
vía de Spinoza, Kant, y sobre todo <strong>con</strong> Hegel.<br />
Pero gracias a él precisamente, la humanidad descubrió el<br />
<strong>con</strong>tinente de la historia, <strong>con</strong> lo cual surgió como pregunta<br />
qué era hacer historia y quién era el sujeto de la misma.<br />
Sobre qué era hacer historia, <strong>Zubiri</strong> publicó un trabajo sumamente<br />
interesante. Está publicado en el tomo I de la revista<br />
«Realitas» -Seminario <strong>Xavier</strong> <strong>Zubiri</strong> -Trabajos- 1972-1973.<br />
Sociedad de Estudios y Publicaciones. Madrid. 1974. «La dimensión<br />
histórica del ser humano». <strong>Xavier</strong> <strong>Zubiri</strong>.<br />
Pero es que actualmente, descomponiéndose, como se nos<br />
descompone el yo, nos brota la pregunta sobre quién es el protagonista<br />
de la historia, para hacer ver que la historia no tiene<br />
protagonista y coro, sino que es el coro general, el protagonista.<br />
Durante años, dejándonos llevar de la mano por Hegel, y<br />
aceptando que el que fuese negatividad más completa sería el<br />
sujeto de la historia, llegamos a una <strong>con</strong>clusión que el tiempo<br />
nos puso de manifiesto, que aquel que nosotros pensábamos<br />
era sujeto de la historia, no lo era. Y esto no fue una <strong>con</strong>clusión,<br />
sino una <strong>con</strong>statación. Y todos nos pusimos a buscar quién<br />
podría encarnar mejor la negatividad absoluta. Serían los estudiantes,<br />
los marginados, los pueblos del tercer mundo.<br />
Así, hasta que llegamos al <strong>con</strong>vencimiento de que quien era<br />
negatividad absoluta, en el momento que se hiciese <strong>con</strong> el poder<br />
dejaba de ser negatividad para pasar a ser positividad, <strong>con</strong><br />
lo cual quedaba invalidado para ser sujeto de la historia.<br />
Sencillamente nos habíamos dejado llevar por la dinámica<br />
del tiempo. Estábamos habituados a ver como sujetos de la<br />
historia a hombres eméritos y heroicos, a pueblos distinguidos,<br />
a clases sociales eminentes en cada momento de la historia, a<br />
instituciones más o menos meritorias y acertadas.<br />
Al final por mera <strong>con</strong>statación de la historia nos vimos obligados<br />
a re<strong>con</strong>ocer que el sujeto de la historia éramos todos los<br />
seres humanos, <strong>con</strong>siderados individualmente o <strong>con</strong>siderados<br />
en colectividades o pueblos. Ello nos llevó a plantearnos ese<br />
problema, y como <strong>con</strong>secuencia el de qué era hacer historia.