Hablando con Xavier Zubiri - Etor-Ostoa
Hablando con Xavier Zubiri - Etor-Ostoa
Hablando con Xavier Zubiri - Etor-Ostoa
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Hablando</strong> <strong>con</strong> <strong>Xavier</strong> <strong>Zubiri</strong> III. José Antonio Artamendi<br />
•150<br />
Caso de no hacer tal cosa pudiera parecer que se trata de<br />
cambiar el protagonista de la historia. Como en épocas recientes<br />
se ha afirmado era preciso cambiar el protagonismo histórico<br />
y asignarlo a aquel que encarnase la negatividad más absoluta.<br />
La experiencia del socialismo real ha puesto de manifiesto<br />
lo que teóricamente se afirmaba tenuemente. La negatividad<br />
absoluta, carente de poder y de e<strong>con</strong>omía, no garantizaba que,<br />
cuando se hiciese <strong>con</strong> un margen de positividad, el poder político<br />
fuese capaz de anular la negatividad que suponía el subdesarrollo<br />
e<strong>con</strong>ómico.<br />
No se trata pues de cambiar de protagonista y hacer que el<br />
esclavo sea dueño y el dueño esclavo. Y no porque también<br />
aquí habría algún esclavo hay un momento en el que nadie<br />
hace historia propia y la historia viene a <strong>con</strong>vertirse en un cuento<br />
<strong>con</strong>tado por una vieja, como indica Shakespeare y le remeda<br />
Goethe.<br />
Sólo el pueblo es sujeto de la historia. Pretender suplantar a<br />
éste por unas clases cultas, o por unos cuerpos de elite, es abocarnos<br />
a hacer una historia absurda. Es preciso romper la dialéctica<br />
del dueño y del esclavo y hacer al pueblo, <strong>con</strong>vertido en<br />
un en-sí para-sí (sin perder su enseidad), un sujeto de la historia.<br />
Es preciso hacer del pueblo un sujeto activo de la historia.<br />
Caso <strong>con</strong>trario, nos en<strong>con</strong>tramos <strong>con</strong> que la gran mayoría<br />
de la humanidad hace la historia, padeciéndola. Las clases últimas,<br />
en el mejor de los casos, generan una ideología para que<br />
la gran mayoría esté donde está, y la clase culta, no haciendo<br />
historia propia y sí padeciéndola se entretenga <strong>con</strong> sus divertimentos,<br />
y la clase dirigente, que parecería ser la única beneficiaria<br />
y la única que haría historia propia, no la hace, a pesar de<br />
su decisión y voluntad, porque para hacer historia no basta<br />
decidirlo, sino que es preciso hacerla, y para hacerla se requiere<br />
la presencia de toda la humanidad.<br />
Situaciones anómalas, imprevistas y absurdas como de la<br />
que somos testigos estos últimos años, podrían en<strong>con</strong>trar respuesta<br />
en esta situación.