Hablando con Xavier Zubiri - Etor-Ostoa
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<strong>Hablando</strong> <strong>con</strong> <strong>Xavier</strong> <strong>Zubiri</strong> III. José Antonio Artamendi<br />
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movilizado, pero se han separado de los que están quietos, y el<br />
de éstos, el de los quietos.<br />
Situación óptima para que los dominadores y trepadores<br />
hagan lo que les plazca. Separados los dos grupos, los que saben<br />
aprovechar los ríos revueltos, sabrán sacar sus ganancias.<br />
Por un lado nos en<strong>con</strong>tramos <strong>con</strong> los que son en-sí y no les<br />
apetece el cambio y la intemperie, y permanecen siendo en-sí.<br />
Para estos su lema será el mismo que plasma la Universidad de<br />
la Cervera en el manifiesto que hicieron llegar a Fernando VII:<br />
«lejos de nosotros la funesta manía de pensar». Aguardarán a<br />
que otros piensen y se lo trasmitan a ellos. Podríamos hoy diagnosticarlos<br />
no sólo por su negativa a pensar, sino por alejar de<br />
ellos la funesta manía de decidir. Pedirán a gritos un padre, que<br />
piense y decida en lugar de ellos, para al final terminar matando<br />
al mismo padre de quien estaban <strong>con</strong>tinuamente colgados.<br />
Pudiera pensar alguien, que quizás, en esa situación había un<br />
grupo que se había salvado: aquel que se había atrevido a pensar<br />
y decidir por su cuenta y riesgo. Vana ilusión. Como un Quijote<br />
enloquecido gritará a sus <strong>con</strong>ciudadanos. A veces, también, como<br />
Don Quijote, deseará retirarse al campo y <strong>con</strong>vertirse en pastor<br />
que le permita vivir una vida sencilla y campestre.<br />
Como decíamos, vana ilusión. También a estos les van dirigidas<br />
las palabras de Wagner a su admirado maestro Fausto:<br />
quítese las ropas de sabio y salga a mezclarse <strong>con</strong> la gente del<br />
pueblo, para oír así los latidos y los suspiros de la tierra.<br />
Separado de su pueblo, este grupo de cultos genera una cultura<br />
mundana y de salón; dará respuestas a problemas que sólo<br />
en su mente han sido gestadas, satisfarán necesidades que no son<br />
tales y denostarán al pueblo del que han salido, hasta que las<br />
aspas de los molinos de viento, les hagan caer de sus caballos.<br />
Si los primeros eran un grupo en-sí, estos no lo son menos.<br />
Ambos a dos son grupos en-sí, pues, en el mejor de los casos,<br />
serían <strong>con</strong>scientes acertadamente de cuáles eran las preguntas<br />
y las necesidades que su colectividad social tiene, para dar respuesta<br />
y satisfacción a ambas necesitan de la colectividad que<br />
no les sigue. No son capaces de dar respuesta ni satisfacción ni<br />
a las preguntas y necesidades propias y mucho menos a las ajenas<br />
y colectivas. De esta manera se <strong>con</strong>vierten en un pseudo<br />
en-sí para-sí, precisamente por que se es tal cuando se es capaz