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Año 28, entrega 100 (1918) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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384 Anales de la universidad<br />

En 1890, Sonnenburg, á instigación de Koch, efectuó<br />

cuatro veces la apertura de cavernas en enfermos tratados<br />

con la tuberculina, que en aquella época hacía su<br />

irrupción triunfal en la terapéutica, prometiendo dominar<br />

por su acción, indiscutiblemente específica, tanto á la tuberculosis<br />

quirúrgica como á la médica.<br />

Koch y Sonnenburg se proponían facilitar la salida al<br />

exterior de los productos tuberculosos que, bajo la acción<br />

curativa de la tuberculina — según la teoría y la práctica<br />

de aquella época — debían ser eliminados <strong>del</strong> organismo^<br />

El cirujano de Berlín no buscaba, por lo tanto, una acción<br />

inmediata de drenaje sobre las cavernas ya constituídas,-<br />

antes bien, dirigía su intervención para facilitar la salida<br />

de las masas caseosas que, bajo la acción <strong>del</strong> medicamento<br />

específico, habían sufrido un proceso de necrosis<br />

total. De los casos operados por Sonnenburg solamente en<br />

uno pareció conseguirse un resultado permanente. Pero,<br />

desgraciadamente, después de cuatro años de curación<br />

aparente, se produjo una reagudización de la enfermedad<br />

á la que sucumbió rápidamente el enfermo. Poco tiempo<br />

después se pronunciaba Sonnenburg netamente contra<br />

toda intervención quirúrgica efectuada sobre el pulmón<br />

tuberculoso. Otros cirujanos practicaron la misma operación,<br />

pero con ningún éxito todos ellos.<br />

Sarfert, en 1901, recomendó reservar esta operación<br />

para casos muy especiales. Con el objeto de facilitar<br />

la abertura y el drenaje de la cavidad, aconsejó, previamente<br />

á la sección de la pared de la caverna, efectuar<br />

el desprendimiento parietal — al través de una brecha<br />

producida por una resección parcial de la 2.» costilla—de<br />

toda la región que correspondiera á la caverna,<br />

ó mejor aún, de todo el vértice (verdadera apicolisis), li--<br />

berando la pleura parietal de la fascia endotorácica, por<br />

medio de la mano introducida con sus dedos cerrados<br />

cuidadosamente. De esta manera, aunque no intencionalmente,<br />

se agregaban las ventajas de la relajación pulmonar<br />

que, como veremos, es condición esencial para.

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