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nuestras ganas nos reíamos.<br />
-Estás toda pintada de flor de muerto -dijo Carlos. Debe ser bonito que así<br />
hue<strong>la</strong> <strong>la</strong> tumba de uno y que <strong>la</strong> pongan toda de anaranjado en Todos<br />
Santos. Cuando me muera te encargas de que me entierren aquí.<br />
-Te vas a morir en Nueva York, en un viaje como ese del mes pasado, o en<br />
París. Tú eres muy internacional para morirte aquí cerca. Además vas a<br />
estar tan viejito que ya no te va a importar ni a qué hue<strong>la</strong> tu rumba.<br />
-Me muera cuando me muera quiero que mi tumba hue<strong>la</strong> como tu cuerpo<br />
ahora. Y ya vámonos que son <strong>la</strong>s dos. Si no estás a <strong>la</strong> hora de presidir <strong>la</strong><br />
mesa nos mata tu marido.<br />
-Ya me cansé de mi marido. Todos los días nos va a matar por algo. Que<br />
nos mate y ya, nos enterramos aquí y nos ponemos a coger debajo de <strong>la</strong><br />
tierra donde nadie nos esté molestando.<br />
-Buena idea, pero mientras nos mata vámonos yendo.<br />
Nos levantamos y caminamos hasta el coche. Fui cortando flores, cuando<br />
llegamos a <strong>la</strong> casa <strong>la</strong>s acomodé en una ol<strong>la</strong> de barro en medio de <strong>la</strong> mesa.<br />
-¿Quién puso ese horror ahí? -preguntó Andrés llegando a comer.<br />
-Yo -le dije.<br />
-Cada día estás más loca. Esto no es tumba. Quíta<strong>la</strong>s que son de ma<strong>la</strong><br />
suerte y huelen espantoso. Perdonen a mi señora -dijo a los invitados. A<br />
veces es una romántica equivocada -después distribuyó los lugares.<br />
-¿Dónde te quieres sentar, Car<strong>la</strong>ngas? -le preguntó a Carlos cuando ya no<br />
quedaba más lugar que uno junto a mí. ¿Junto a mi señora?<br />
-Encantado -dijo Carlos.<br />
-No lo tienes que decir -contestó. ¿De qué es <strong>la</strong> sopa, Catalina?<br />
-De hongos con flores de ca<strong>la</strong>baza.<br />
-Vaya. Está obsesionada con <strong>la</strong>s flores. Pero es buena esta sopa, es<br />
reponedora, se <strong>la</strong> recomiendo, diputado -le dijo a Puente, el diputado de<br />
<strong>la</strong> CRQM que pasaba esos días en <strong>la</strong> casa.<br />
-¿Estuvo <strong>la</strong>rga su desve<strong>la</strong>da de anoche? -preguntó Carlos.<br />
-No más que otras -contestó Andrés. Teníamos mucho que hab<strong>la</strong>r,<br />
¿verdad diputado?<br />
-Y lo que nos falta general -dijo el diputado.<br />
-Ay ya no -suplicó su señora. Luego llegan muy tarde y una pasa muchos<br />
fríos.<br />
Era una mujer chaparrita, de ojos grandes y pestañas muy negras. Con<br />
<strong>la</strong>s chichis bien puestecitas y <strong>la</strong> cintura siempre apretada con <strong>la</strong>zos o<br />
cintos. Le gustaba su marido. Adivinar <strong>la</strong> razón, porque era espantoso,<br />
pero el caso es que el<strong>la</strong> siempre que se podía lo sobaba y cuando el tipo<br />
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