01.11.2012 Views

Arrancame la vida

Arrancame la vida

Arrancame la vida

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Qué obvia eres, Catalina, dan ganas de pegarte.<br />

-Y tú eres muy disimu<strong>la</strong>do, ¿no?<br />

-Yo no tengo por qué disimu<strong>la</strong>r, yo soy un señor, tú eres una mujer y <strong>la</strong>s<br />

mujeres cuando andan de cabras Locas queriéndose coger a todo el que<br />

les pone a temb<strong>la</strong>r el ombligo se l<strong>la</strong>man putas.<br />

Al llegar a <strong>la</strong> casa, se bajó con mucha parsimonia, me acompañó hasta <strong>la</strong><br />

puerta, esperó a que saliera el mozo y cuando estuvo seguro de que ni los<br />

eternos acompañantes del coche de atrás se daban cuenta, me dio una<br />

nalgada y me empujó para adentro.<br />

Entré corriendo, subí <strong>la</strong>s escaleras a brincos, pasé por el cuarto de los<br />

niños y no me detuve como otras noches, fui directo a mi cama. Me metí<br />

bajo <strong>la</strong>s sábanas y pensé en Fernando mientras me tocaba como <strong>la</strong><br />

gitana. Después me dormí. Tres días estuve durmiendo. Nada más<br />

despertaba para comer un pedazo de lechuga, otro de queso y dos huevos<br />

cocidos.<br />

-¿Qué tendrá usted, señora? -me preguntó Lucina.<br />

-Una enfermedad que me descubrió el general y que no se me quita ni con<br />

agua fría. Pero con una semana de dormir me alivio.<br />

A <strong>la</strong> semana tuve que salir de mi cuarto porque ya era mucho tiempo para<br />

una calentura. ¿Y qué va siendo lo primero que me dice Andrés cuando<br />

bajé a desayunar?<br />

Que el martes venia a cenar el secretario particu<strong>la</strong>r del Presidente, ¿y<br />

quién era el secretario particu<strong>la</strong>r?, Fernando. El bien p<strong>la</strong>nchado y<br />

sonriente Arizmendi.<br />

Del susto empecé a comer pan con mantequil<strong>la</strong> y merme<strong>la</strong>da y a dar<br />

grandes tragos de té negro con azúcar y crema. Andrés estaba eufórico<br />

con <strong>la</strong> visita de Arizmendi porque después vendría <strong>la</strong> del Presidente de <strong>la</strong><br />

República, y a ése p<strong>la</strong>neaba darle una recepción espectacu<strong>la</strong>r con Los<br />

niños de los colegios agitando banderitas por <strong>la</strong> Avenida Reforma, mantas<br />

colgando de los edificios y todos los burócratas asomados a <strong>la</strong>s ventanas<br />

de sus oficinas ap<strong>la</strong>udiendo y aventando confeti. Yo tenía que conseguir<br />

una niña con un ramo de flores que lo asaltara a media calle y una viejita<br />

con una carta pidiéndole algo fácil para que los fotógrafos pudieran<br />

retratar<strong>la</strong> cinco minutos después con <strong>la</strong> demanda satisfecha. Ya Espinosa<br />

y A<strong>la</strong>rcón habían prestado sus cines para que de ahí colgaran <strong>la</strong>s mantas<br />

más grandes. Pueb<strong>la</strong> tendría que darle al Presidente <strong>la</strong> recepción más<br />

cálida y vistosa que hubiera tenido jamás. Todo eso que después se fue<br />

volviendo costumbre y que se le dio al más pendejo de los presidentes<br />

municipales, lo inventamos nosotros para <strong>la</strong> visita del general Aguirre.<br />

58

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!