Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
melindroso.<br />
-¿Qué le voy a hacer? Es el hijo del único cabrón que me ha merecido<br />
respeto. No puedo mandarlo matar porque desaira tu comida.<br />
-Por mí que se muera de hambre -dije. ¿A usted general qué le damos?<br />
-Yo quiero pay de manzana y queso de cabra -dijo Carlos. Hace años que<br />
no como queso de cabra.<br />
-Pobre de ti -dijo Andrés. Se nos ol<strong>vida</strong> que vuelves del autoexilio.<br />
-Hay casos peores, hay quienes no pueden volver del exilio -dijo Suárez.<br />
-Lo dice usted por el presidente Jiménez.<br />
-¿Por quién más? -preguntó Suárez. -Yo creo que Jiménez ya no tarda en<br />
volver -dijo Andrés. Hasta creo que hace falta un cabrón con sus huevos.<br />
-Porque los tiene bien puestos es que va a volver para encerrarse en su<br />
casa y cal<strong>la</strong>rse <strong>la</strong> boca -dijo Carlos mientras untaba queso en un pan.<br />
-¿Te parece? -le preguntó Andrés con un respeto que no era común en su<br />
tono al hab<strong>la</strong>r de política, menos con neófitos.<br />
-Te lo aseguro Chinti -dijo Carlos. Confía en mi instinto. Y se puso a<br />
tararear La barca de Guaymas entre mordidas de queso y pay, cosa que a<br />
Andrés le produjo un ataque de risa.<br />
-Salud Vives, por haberte encontrado -dijo. Salud general Suárez, ésta es<br />
su casa.<br />
En <strong>la</strong> puerta apareció un señor diminuto y jorobado cargando una libreta<br />
enorme y un montón de papeles.<br />
-Con su permiso general -dijo Andrés haciéndolo pasar.<br />
-Lo estábamos esperando -contestó. Venga para acá. Párese aquí. No,<br />
mejor allá entre <strong>la</strong> señora y el señor -dijo señalándonos a mi y a Vives.<br />
Lea por favor.<br />
El hombre se colocó entre nosotros, abrió <strong>la</strong> libreta y se puso a leer: “Con<br />
fecha primero de marzo de 1941 <strong>la</strong> propiedad fu<strong>la</strong>na...” Total: Andrés me<br />
compraba el Sanborns de los azulejos.<br />
-Nada más firme aquí señora -dijo el hombrecito y me extendió una<br />
pluma. Andrés nos miraba divertido.<br />
-¿Cómo lo hiciste para que vendieran esa case? -preguntó Carlos.<br />
-Se <strong>la</strong> vendieron a mi señora. El<strong>la</strong> es <strong>la</strong> que compra.<br />
-Tu señora por sí so<strong>la</strong> no podría comprarse un chicle -dijo.<br />
-Todo lo mío es suyo -contestó Andrés.<br />
-Entonces debe estar millonaria.<br />
-Nada que no se merezca. Fírmale Catín y haz con tu Sanborns lo que<br />
quieras.<br />
-Yo no vuelvo a tomar ahí ni un café -dijo Carlos.<br />
-No seas rencoroso, Vives. A ti qué más te da quién es el dueño. Es un<br />
96