Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

¿Dónde pasó su infancia? Nací en Santa Fe, pero me
crié en la Provincia de Buenos Aires, en Pergamino. Cursé
los estudios universitarios en Rosario, en la Universidad
del Litoral. Mi papá era policía y mi mamá maestra,
pero también sabía música.
¿Eso influyó para que se conectara con la música?
Creo que era algo que venía conmigo, pero se manifestó
por una circunstancia muy especial de mi vida. A
los 6 años tuve fiebre reumática y estuve cuatro meses
en la cama. Casi pierdo primer grado pero mi mamá me
ayudó con el estudio. Un tío materno me vio postrada, y
para que me distrajera me trajo una guitarra. Ahí empezó
todo.
¿Y sus primeros acordes? Las primeras notas me las
enseñó mi mamá. Una vez que me repuse fui a estudiar
música, y ocurrió algo misterioso. No pensé que iba a dedicarme
profesionalmente. Cuando era chica escribía poesía.
No soy compositora, pero sí escribo letras. En realidad
me preparé para ser una docente, una profesora a nivel
terciario. Y la vida quiso que fuese otra cosa.
Estamos hablando de los preparativos de una carrera
profesional. Claro. El tema arrancó en Rosario.
Durante reuniones familiares o con amigos yo cantaba
y tocaba la guitarra. Una vez me escuchó alguien del medio,
y me ofrecieron hacer una prueba para Radio
Belgrano. Me tomaron para el programa de Julio Márbiz.
Luego me llevaron a Canal 7 y de ahí a RCA, donde grabé
mi primer disco. Fue todo muy rápido, era veinteañera.
Seguí viviendo en Rosario un tiempo, luego me casé y
nos vinimos a vivir a Buenos Aires.
¿Su marido también es músico? No, pero también es
amante de la música y de joven estudió guitarra clásica.
Toda la vida me acompañó y me ayudó en mi carrera
artística. Hay mucha gente que cree de buena fe
que a mí me ayudó Atahualpa Yupanqui. No, para nada,
y tal vez yo tampoco lo hubiera aceptado.
¿Cuándo lo conoció? A Don Ata lo conocí siendo estudiante.
Comenzó a darme orientaciones, que leyera tal
autor, que estudiara tal música. Fue mi maestro, en el
más pleno sentido de la palabra. Me dio algunos horizontes.
Y seguramente eso explica su orientación hacia
el folklore. Por supuesto. Mi hermano, que era admirador
de Atahualpa, me traía partituras suyas, y a los 9
años empecé a estudiar piano. El me decía que siguiera
y estudiara esa música. También me encanta escuchar
música brasileña, creo que ellos han logrado reunir cosas
que son difíciles de hacer como el ritmo, el colorido,
la belleza, la armonía y la poesía. Lo tienen todo.
¿Era un buen momento para ese tipo de música?
La década del 60 fue muy importante, por eso todavía
perduran las figuras que se gestaron en ese momento.
Fue cuando los salteños y los santiagueños invadieron
Buenos Aires con su música y su poesía. La gente empezó
a interesarse, aunque no era un ambiente muy favorable
porque había música de muy bajo nivel y conspiraba
para que el folklore se popularizara en Buenos
Aires. Se pudo hacer, pero no era tan fácil decir que toda
la gente amaba el folklore, porque no era así. Estaba la
otra música, de gente que sólo quería vender discos, música
comercial
¿Se presentó alguna vez en Morón? Sí. En 1977 se
presentó en el Teatro Municipal una cantata que yo escribí
sobre Manuel Belgrano, con textos del historiador
Máximo Aguirre y la participación del Coro Mixto
dirigido por el maestro Fernández Cevallos. Estaba el
actor Oscar Casco en los relatos. Recuerdo que fuimos
muy controlados por la dictadura porque la obra se
llamaba “Ay, Patria Mía”, las últimas palabras de Belgrano
antes de morir. En ese momento el título despertaba sospechas
porque parecía una protesta al régimen militar.
Nos revisaban todos los equipos, hasta las diapositivas
que íbamos a pasar.
En sus presentaciones internacionales hay un destino
que fue muy particular por el cruce de culturas,
que es Japón. Es verdad, en 1968. Hicimos 40 recitales
en tres meses. Recorrí todo el archipiélago. A
ellos les gustó mucho porque yo canté en japonés. Me
mandaron las partituras y cuando llegué al país seguí
ensayando. No hay problemas fonéticos porque se lee
como se escribe. Me decían que cantaba como una nativa.
La idea nació de una convocatoria que surgió allá.
Les presentaron cuatro artistas jóvenes de la misma
generación y me eligieron a mí entre el Chango Nieto,
I L U S T R E S C O N O C I D O S • 1 2 1