Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

profesora de ética de un instituto privado. De cualquier
manera, también me echaron de ese lugar, en 1975. El
límite llegó un año después, cuando nos avisaron que
iban a allanar nuestra casa. La abandonamos.
¿Cómo vivieron el exilio? Al enterarnos de que ya conocían
nuestro domicilio, nos fuimos del país. Entraron
a casa, pero ya no estábamos. Para mí fue como una
verdadera puñalada porque me quemaron los libros
que había acumulado a lo largo de toda mi
vida. Un vecino nos contó que las cenizas volaron
varios días. Mi hija menor estaba en quinto año del
secundario, y como faltaban seis días para que terminaran
las clases, fui a pedirle a la directora que le diera
el boletín, pero se negó rotundamente. Debimos viajar
sin que terminara el bachillerato.
Llegamos primero a Brasil, después a Ecuador, y por último
a Colombia. Ahí pude conseguir que a mi hija la recibieran
en una escuela en el último año, y yo empecé
a trabajar en universidades. Fueron diez años de labor
intensa, durante los cuales difundí mucho la cultura argentina.
Escribí en los periódicos más importantes de
Colombia, como El Tiempo y El Espectador, y la experiencia
fue inolvidable.
En cuanto a mi hija menor, no resistió quedarse en Colombia
porque es una sociedad muy machista, y se fue
a vivir un tiempo a Europa, Méjico y Estados Unidos. Mi
hermana era directora del Departamento de Música de
la Universidad Católica de Washington, lo que le brindó
la oportunidad de permanecer allí. Ahora es artista, y la
mayor, asistente social.
¿Qué actividades desarrolló cuando regresó al
país? En 1986, cuando llegamos, no quise entrar en el
conflicto típico de los profesores que se fueron y los que
se quedaron. Por eso trabajé hasta el 2003 con psicoanalistas,
dándoles filosofía. Alcancé a tener ocho grupos,
con gente de APA, Asociación Psicoanalítica
Argentina, y de la Asociación Freudiana. Ahora estoy
trabajando en un nuevo libro, acerca de la evolución de
la idea de felicidad en tres autores diferentes.
Vida y obra. Guillermina Garmendia es licenciada
en Filosofía de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Tucumán, título alcanzado
en 1953. También cursó, excepto una, todas las
materias de la licenciatura en Historia de la Universidad
Nacional de Tucumán. Después de obtener
una beca de la Universidad de Roma, viajó a Italia y
pudo doctorarse en ese lugar.
Al volver al país se dedicó a la investigación y a la
docencia en el Instituto de Filosofía de la Universidad
de Buenos Aires. Fue profesora de Etica e Historia
de la Filosofía Contemporánea en diversas
instituciones.
Durante su exilio colombiano, en plena dictadura argentina,
continuó su desarrollo pedagógico en la
Universidad Nacional de Bogotá, y a su regreso al
país se desempeñó como investigadora junto con
distintos profesionales del psicoanálisis.
Publicó trabajos y ensayos, y es autora de libros relacionados
a su especialidad.
I L U S T R E S C O N O C I D O S • 7 5