Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

visitara mientras lo armaba. Estaba conformado por un vagón
de siete metros de largo. Cuando estaba estacionado,
una de sus paredes se transformaba en el escenario, y
además por dentro contaba con cuatro camarines y un
baño. El equipo de sonido con parlantes funcionaba aparte
en un camión parlante que conectábamos con el alumbrado
público. Salíamos todas las semanas a recorrer los
barrios.
¿Que le viene a la memoria de aquellas incursiones?
La primera vez que salimos con el grupo llegamos
al pueblo y estaba todo el público en silencio, expectante,
pero después los chicos se pusieron movedizos.
Le dije a Pedro: “De acá nos van a sacar a todos a patadas”.
Pero él me calmó y me dijo: “Quedate tranquilo,
dentro de poco empieza la efervescencia. Vas a ver que
cuando se abra el telón, la magia del teatro va a hacer
que se acabe todo”. Así fue, con las luces y la salida al
escenario de los artistas todos se callaron y se quedaron
en su lugar. Lo triste es que después de la administración
nuestra el Teatro Rodante quedó arruinado. Lo
abandonaron en un corralón municipal. Se perdió por la
falta de cuidado.
Coméntenos qué otras cosas hacían en el área cultural.
Organizamos muchos salones de artes plásticas.
Hacíamos concursos con jurados que venían desde la
Asociación de Artes Plásticas de Capital, y se entregaban
premios muy interesantes. También teníamos un
coro, una orquesta de cámara y una banda infantil, en
la cual se enseñaba a los chicos a usar los instrumentos.
Fueron realizados concursos literarios y fundamos
el Museo Histórico de Morón. Esa fue una bella experiencia,
porque todo el material recopilado pertenecía a
vecinos que lo donaban.
¿Y su vida familiar? Conocí a mi mujer por unos amigos
que se reunían en una confitería de Ituzaingó. Me
invitaron y me presentaron a Inés en 1955. Yo tenía 32
años y ella once años menos. Nos casamos tres años más
tarde en la catedral de Morón. Primero vivimos en uno
de los departamentos que habíamos construido, y después
compramos un terreno en Castelar y levantamos una
casa. Tuvimos tres hijos, dos mujeres y un varón.
¿Continuó colaborando con los periódicos zonales?
No. Después de mi paso por el Municipio trabajé
en una empresa, y luego de jubilarme fundé la revista
Artes y Letras en 1993. Obtuvimos premios del Concejo
Deliberante y de la Asociación de Prensa del Oeste. Mi
hija me ayuda con algunas notas. En la actualidad continúo
produciéndola, porque me mantiene vivo espiritualmente.
Vida y obra. Mario Podestá nació el 11 de
febrero de 1923 en Morón, en una familia en donde
su padre le fomentó la lectura y la escritura. Realizó
sus estudios primarios en Morón y los secundarios
en Capital Federal, que no culminó por dedicarse a
diversos trabajos periodísticos. Estudió en la Escuela
Superior de Periodismo de Capital Federal, y desde
los 20 años colabora en varios medios zonales como
La Tribuna, La Villa y La Reafirmación.
Podestá trabajó junto al ex intendente César Albistur
Villegas en la Subsecretaría de Cultura moronense
desde 1950 hasta 1955, año del golpe de
Estado que derrocó al peronismo. Fue clave en la creación
del Teatro Experimental y el Teatro Ambulante
de Morón. Además organizó salones de artes plásticas,
formó coros e impulsó concursos literarios.
Escribió obras de teatro, entre ellas Itacuá, Rostro
Antiguo, Los inocentes ligados al demonio, y Verde
Delta. Muchas de ellas recibieron premios de Argentores
y de la Ciudad de Buenos Aires.
I L U S T R E S C O N O C I D O S • 1 3 1