Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

¿Nació en el campo? Sí, en la provincia de Entre Ríos.
Estudié en una escuela rural, hice allí hasta tercer grado
hasta que me mandaron a cursar a Buenos Aires. Me inscribieron
en la escuela Guillermo Rawson de San Telmo,
entré directamente en sexto grado porque mientras acá
todavía hacían palotes, en Entre Ríos ya había visto raíz
cuadrada. Es una provincia que siempre se caracterizó
por tener una enseñanza primaria muy elevada.
Es decir que, para lo que después sería el periodismo,
su formación fue importante. Es verdad.
En Buenos Aires vivía con unos tíos que me mandaron
a trabajar, y el primer empleo que tuve fue el de corrector
en un diario francés, “Corriere de la Plate”. Fui
a la entrevista laboral, me tomaron un examen y me
dijeron: “Te vamos a poner de corrector de la revista
en castellano”.
Siempre me había interesado la escritura. Ya en la escuela
rural incursioné en el periodismo, porque junto a
una maestra llamada Bárbara, a quien recuerdo con mucho
cariño, fundamos un periódico escolar. Hacíamos las
copias en gelatina.
¿Cómo era ese método de impresión? Como no existía
la fotocopiadora en ese tiempo, reproducíamos el material
en gelatina. Consistía en poner la hoja en blanco
arriba de una lata de dulce de membrillo llena de la masa
gelatinosa, debajo de la misma se encontraba el patrón.
Luego sale el papel, que antes estaba vacío, todo
impreso con la nueva información. Era un trabajo muy
artesanal. Repartíamos los ejemplares a los alumnos
con las noticias de la escuela. Como también estábamos
muy interesados sobre las plagas y las malezas, publicábamos
artículos con esa temática.
¿Dónde continuaron sus estudios? Yo siempre tuve
y tengo ansiedad por aprender. En la secundaria fui al
colegio Juan de Garay en Constitución, que era un lugar
con talleres para aprender algún oficio. Me incliné
por la electricidad. Luego ingresé en la Escuela de
Mecánica de la Armada (ESMA). Después de un examen
entré como tripulante en la Fragata Sarmiento, estuvimos
más de seis meses navegando. Al regresar hice la
carrera de maquinista. Era la única escuela en la Argentina
que preparaba maquinistas navales. Teníamos muchas
materias: matemática, física, química. La educación
era muy completa. La ESMA era el mejor instituto de
América Latina. Allí comíamos, dormíamos y nos planchaban
la ropa. Al fin me recibí de maquinista.
¿Cuánto tiempo estuvo en ese lugar? Estudié durante
una década pero me cansé del sistema militar y
me fui, tenía 23 años. Solicité la baja por estar en desacuerdo
con la disciplina del régimen militar y tardaron
seis meses para dármela. En 1945 desde la caldera de
la Fragata Sarmiento escribí el manifiesto que publicó
el diario Crónica sobre la posición de la Armada Argentina
ante el acontecimiento revolucionario: queríamos apoyar
la asunción a la presidencia del Gral. Perón para ponerle
fin a un modelo de país dependiente económicamente
y con una enorme cantidad de trabajadores explotados
y olvidados.
Estas especialidades parecen estar alejadas de su
labor. ¿Cuándo decidió dar ese giro profesional?
Siempre me interesó lo gráfico, pero me aconsejaron que
estudiara ahí porque yo quería hacer algo más. De allí me
pasé a la flota mercante. Luego trabajé para una fábrica
de cajas de remedios y me jubilé como encargado del
control de calidad de Eternit, que es una fábrica especializada
en tanques de agua y materiales para la construcción.
Paralelamente siempre fui realizando tareas periodísticas.
Desde chico me gustaba escribir; en la escuela,
además de haber fundado ese diario, siempre ganaba
los concursos de composición.
Usted además fundó varios periódicos y revistas
en Morón. ¿Qué nos puede contar de ellos? En las
vacaciones siempre venía a Morón a visitar a unos tíos.
Hasta que en 1940 me instalé definitivamente en la localidad.
Años más tarde conocí a mi ex mujer, Hilda.
Tuve dos hijos y ahora tengo dos nietos. Fueron momentos
muy agradables. Por aquellos tiempos fundé el periódico
17 de octubre que salió en Morón durante años.
Era un diario del Partido Justicialista, que repartíamos
en bicicleta. También fundé Pueblo Mío en 1946 con
Alfonso Manzanal y Hermenegildo López. Asimismo,
lo que escribía lo enviaba a las revistas y los diarios de
Capital, y desde nuestros medios hacíamos concursos
literarios con los chicos de las escuelas.
Las revistas se llamaban Martín Fierro y Causa Nacional.
Se publicaban análisis de la situación social, económica
y política del mundo. Las repartíamos en el Gran
Buenos Aires y algunas llegaron a otras provincias.
2 6 • M U N I C I P I O D E M O R Ó N