Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

¿Vivió en El Palomar? Sí. Nací en Córdoba y nos mudamos
con mi familia a El Palomar, acá en Morón,
cuando yo tenía 10 años. El motivo fue que mi padre comenzó
a trabajar como jefe de la estación de trenes de
esa ciudad. El Palomar marca una etapa muy fuerte en
mi vida, porque fue mi cuna del jazz. Desde muy chico
tocaba con músicos que fueron profesionales muy importantes
dentro del ámbito, como los hermanos López
Furst.
¿Cómo se da el salto profesional? Me dediqué de
lleno a la música, y a los 14 años ya formé el cuarteto
Jazz Walter, con el cual tocábamos en distintos lugares.
El dueño de Astoria, de Ciudad Jardín, nos escuchó
y nos contrató en la década del 50. Ahí empecé a tocar
los viernes, sábados y domingos junto a artistas como
Gato Barbieri, Baby y Héctor López Furts y Carlos
Constantini, entre otros grandes músicos.
¿Por qué lo movilizaba el jazz? Fue una atracción
que tuve desde muy chico. Siempre escuchaba en la
radio a Lionel Hampton, Duke Ellington, Benny Goodman,
Tommy Dorsey y Oscar Alemán, figuras tradicionales
del género. En la época que tocaba en Astoria
a veces nos presentábamos en algunas audiciones y salíamos
por Radio Splendid. De pibe esas cosas son muy
impactantes. Fue una escuela fantástica, porque por allí
desfilaron muchos músicos profesionales famosos dentro
del ámbito. Cuando me recibí de profesor de guitarra
con la concertista Irma Costanzo comencé a dar
clases de jazz y clásico. Siempre me apasionó enseñar,
seguí trabajando en escuelas, me casé, tuve mis hijos y
más tarde me mudé a la Ciudad de Buenos Aires por razones
de actuaciones diarias y trabajos.
¿En esa época continuaba con los hermanos
Furst? Sí, con ellos y otra gente hicimos un grupo con
clarinete, contrabajo, violín y guitarra. También formé
el grupo SWING 39, nombre puesto en honor a un club
de Francia donde tocaba el guitarrista belga Django
Reinhardt, un músico muy conocido, gitano, al que le
faltaban dos dedos. Tocamos mucho tiempo con su estilo,
y con esa banda recorrimos todo el país y distintas
ciudades del mundo.
¿Cuándo arranca con la actividad docente? Después
de 1976 armé la Escuela Superior de Guitarra y
Jazz en la calle Virrey Cevallos, en la Capital. Tengo un
muy buen recuerdo de esa etapa, de ahí salieron excelentes
músicos.
¿Tenía muchos alumnos? En ese tiempo se llenó de
alumnos debido a un hecho curioso. Una vez me invitaron
a grabar el tema Encuentro con el diablo con David
Lebón. Toqué un largo solo con guitarra acústica, sin
equipo, pero cuando salió el disco no tenía ficha técnica
de cada tema, únicamente aparecía el nombre de David.
A los pibes los volvía locos ese solo, pero no sabían de
quién era, hasta que en una nota de una revista de música
el periodista explicó que el intérprete era yo. La
consecuencia fue que la escuela se llenó de alumnos. La
institución funcionó hasta los 90.
Después fundé en el 2007 la Nueva Escuela de Música
Walter Malosetti, en Caballito. Ahora no estoy dando
clases, pero superviso lo que se dicta.
¿Qué recuerda de sus giras por el exterior? La primera
fue en 1997, y estuve en muchas ciudades. Toqué en
Oslo, Noruega, en el Teatro Cosmopolite con Jon Larsen.
Fui a Dinamarca y a otros países. Toqué con músicos
de allá, y como también ellos venían a la Argentina, eso
nos permitía un intercambio permanente. Yo los invité varias
veces a dar clínicas en mi escuela.
¿Cuántos discos tiene como solista? Seis: "Todo de
mí " (Melopea, 1992); "Tributo a Django Reinhardt" (Melopea,
1993); "Stringtime in Buenos Aires " (Hot Club Records,1997,
edición y difusión europea), "Grama"
(Ensamble, 2002 ); "Relax" (MDR Records, 2005 ); y
"Palm" (MDR Records, 2006).
Háblenos de sus hijos. Laura, mi hija mayor, es la
mimada de la familia. Vive en España y la extraño
mucho. Se fue en el año 2001 y la visito cada vez que
voy de gira. Justamente estoy preparando una recorrida
por Madrid, Barcelona y Murcia, donde vive ella. Mi otro
hijo es Javier, un gran bajista. Desde chico siempre me
hacía compañía, y además del bajo tocaba la batería.
Es un genio musical.
¿Y su amistad con Hermenegildo Sábat? Para mí
es un vínculo muy importante. A él le encanta el jazz y
es un verdadero profesional del dibujo, un grande. Nos
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