Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

Cuéntenos sobre la fundación de su escuela en
Morón. Yo quería ofrecer un lugar con doble escolaridad
para los chicos cuyos padres trabajaban todo el día,
y que a la vez pudieran almorzar allí. En 1967 alquilé una
antigua casa ubicada en la calle Intendente Agüero 1182
(hoy hay un supermercado), que pertenecía a familiares
directos del escritor Olegario Andrade. Bauticé el establecimiento
con el nombre de “Joaquín V. González”.
Tenía jardín de infantes y primer grado. También se ofrecían
cursos y talleres a toda la comunidad.
A los pocos años, y debido al aumento de alumnos, nos
mudamos a un inmueble más cómodo y más amplio. Nos
instalamos en Curupaytí 1344 y rebautizamos la escuela
con el nombre de “José Lorenzo Güiraldes”.
¿Cómo se solventaba el colegio? Cobrábamos una
cuota muy baja. Inclusive algunas veces tuve que adquirir
créditos para poder solventar los gastos. El trabajo
diario era realizado por los docentes y padres. Mi
hermana Rogelia, que había venido de San Juan hacía
un tiempo a vivir conmigo, se encargaba de la cocina.
En 1970 pudimos obtener una subvención estatal para
el pago de los salarios de los maestros, y así estuvimos
diez años hasta que nos mudamos. Ahora la escuela se
llama “República Argentina”, pero yo ya me desvinculé
hace un tiempo.
Usted también fue empleada municipal. ¿Qué función
ejerció? Estuve en varias áreas. En el comienzo
fui destinada a Mesa de entradas. Allí trabajé hasta el
año 1966 cuando fui trasladada a Catastro. En 1959 me
nombraron preceptora en la Escuela de Danzas José
Neglia y trabajé allí hasta 1977. Tras la pérdida de mi
escuela en 1983 ingresé en la Secretaría de Obras
Públicas y de allí pasé por diversas dependencias, entre
ellas, Ingresos Públicos y la Biblioteca Municipal,
hasta que en 1998, con 80 años de edad, me retiré definitivamente
de la actividad laboral.
Vida y obra. Petrona Cáceres De La Roza
nació el 27 de julio de 1918 en la provincia de San
Juan. Se recibió de educacionista y luego fue maestra
de grado. En 1955 quedó viuda y sin sustento,
por lo que tuvo que afrontar sola el cuidado de su
pequeño hijo Salvador.
Pocos años después comenzó a trabajar en diversas
oficinas del Municipio de Morón, donde permaneció
desde 1958 hasta 1988. En 1967 fundó el colegio
Joaquín V. González (hoy República Argentina).
En ese lugar abrió un comedor para chicos, que más
adelante fue subvencionado por el Ministerio de
Educación.
Pan, dignidad y educación son los tópicos de su
vida, según sus propias palabras: “Porque para recibir
el alimento del aprendizaje, primero los chicos
tienen que tener algo en la pancita”.
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