Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

¿Cómo es ser profesora a los 12 años? Raro, porque
por un lado sos una nena, pero por otro cargas con ciertas
responsabilidades de un mayor. Me formé en ese
ambiente: nací en Haedo y mi papá era músico, violinista;
había instalado en nuestra casa un conservatorio
al que llamó Musical Argentino. Eso influyó para que yo
tocara el piano desde los 8 años, después de lo cual me
recibí de profesora de solfeo y teoría a los 12, y de profesora
superior de piano a los 15. En casa se enseñaban
todos los instrumentos y había profesores de todas
las disciplinas: piano, violín, violonchelo, flauta y guitarra.
Mi mamá pintaba, era autodidacta. Incluso a mi hermana,
cuando tenía 4 años, la pusieron a estudiar violín.
Si mi papá viviera también sería un ciudadano ilustre,
porque hizo muchas cosas por la comunidad.
¿Qué recuerda de él? Por ejemplo algo que ocurrió en
1956, cuando formó la Comunidad Musical de Haedo.
Teníamos muchos socios a los que invitábamos a los
conciertos. Con los alumnos del conservatorio se había
formado la Orquesta de Cámara del Oeste, que se presentaba
en el Municipio de Morón y en el Museo, entre
otros lugares.
Usted también se inclinó por el dibujo. Sí, debido a
que siempre me gustó dibujar. Estudié en la escuela de
arte de Fernando Fader, en Flores, y de allí salí con la
especialización en publicidad, lo que me permitió trabajar
durante veinte años en ese rubro como bocetista
e ilustradora. Después me casé a los 21 años y fui a vivir
a Belgrano. Mi vida era paralela entre la música y la pintura.
Con respecto a mi labor, realizaba los dibujos de los
avisos que luego se publicaban en los diarios. Hay que
pensar que la ilustración era muy importante debido a
que en esa época no se usaba tanto la fotografía. Me
desempeñé en forma fija y free lance desde los 18 hasta
los 38 años. En 1972, cuando ya tenía dos hijos y no podíamos
vivir más en un departamento, nos instalamos
en Castelar. La idea era “provisoria”, pero ya hace más
de treinta años que vivo acá. Al poco tiempo dejé de trabajar
en la agencia, al tener a mi hija más chica. En 1975
comencé a perfeccionarme en las técnicas de pintura y
decidí empezar a dar clases de dibujo, y en 1983 ya
formé el taller del Club Deportivo Morón.
También tomó clases con el maestro Helios Gagliardi.
¿Qué significó eso en su carrera? Fue descubrir
la pintura artística, ya que estaba más dedicada
a la pintura ilustrativa. Me encantó el ambiente de la
plástica y trabajar con él, es un maestro fabuloso y muy
buena persona. Luego realicé estudios de perfeccionamiento
en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiando
Pueyrredón. Allí cursé Historia del Arte, Arte
Precolombino, Bellas Artes e hice cursos de dibujo, pintura
y grabado con profesores muy importantes. Por otro
lado seguí un curso sobre escencialismo con el profesor
Heriberto Zorrilla.
Es interesante la importancia que le ha dado a
la formación, incluso a nivel de estudiar en el
exterior. Es verdad. En 1983 y 1996 realicé viajes de
estudio por España, Francia e Italia, y en 1994 organicé
la exposición de pintores argentinos en el Teatro
Municipal del Pireo (Atenas, Grecia), en convenio con
la embajada griega en Buenos Aires y las autoridades
de aquella ciudad. Fuimos quince personas, alumnas y
pintoras amigas. Visitamos todo lo que se podía visitar
en 40 días.
¿Cómo fue la experiencia de exponer en Grecia?
Algo inolvidable por lo que ocurrió allá, pero además
por toda la organización previa, que en gran parte pasó
por mis manos. En realidad funcionó como un intercambio
cultural porque Pireo, el puerto de Atenas, y Rosario,
son ciudades hermanadas. Antes del viaje, en la ciudad
santafesina se hizo una exposición de artistas griegos.
A propósito de haber fundado un taller de pintura
en el Deportivo Morón, que por otra parte duró
más de 20 años, ¿le costó llevar adelante una actividad
cultural en un ambiente puramente deportivo?
Sí, por supuesto. Todo se logró por perseverancia,
porque uno tiene que luchar por la continuidad de un
proyecto cultural. Fue la única actividad de ese estilo
que duró tantos años. El tema comenzó en 1983 cuando
era socia de la institución y le propuse a la Comisión Directiva
formar un taller de pintura. Enseñé todas las técnicas
de dibujo y pintura artística: acrílico, óleo y
acuarela. Mi método no es taller libre, sino que enseño
a dibujar, pintar y componer. Apunto a la expresividad;
en mi taller la copia es un medio para lograr un fin en sí
mismo: la creación. Cuando el taller cumplió 20 años el
intendente Martín Sabbatella firmó un decreto que
I L U S T R E S C O N O C I D O S • 7 7