Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

Nació en la Ciudad de Buenos Aires el 18 de enero de
1927, pero a los 4 años, cuando falleció su padre, vino
con su madre y sus tres hermanos a Morón para radicarse
en la casa de sus abuelos maternos en la calle
Santa Fe. Siendo menor de edad comenzó a trabajar en
la fábrica de estuches de cartón Figueras, en 25 de
Mayo y Pellegrini de esa localidad. Luego, en 1945 ingresó
en el Municipio de Morón como ayudante de telefonista.
De esa manera se convirtió en la
segunda empleada mujer del Municipio. Al mismo
tiempo trabajó en el sindicato metalúrgico.
En 1953, cuando el Hospital de Morón ya pertenecía al
marco sanitario oficial, la trasladaron allí como administrativa,
pero a los pocos años decidió estudiar enfermería
y después obstetricia, a raíz de una desgracia
familiar. “Mi madre Isabel, hermana de Marta, murió en
mi parto y el de mi hermano mellizo, que también falleció
en esa oportunidad. Por esa circunstancia mi tía decidió
estudiar para partera en el Instituto de Maternidad
de La Plata”, señala Guillermo Avetrani, sobrino de
Marta, que fue criado por ella.
Santos, que actualmente permanece internada en un
hogar de ancianos, trabajaba tres días doble turno y los
otros tres se dedicaba a estudiar. Se recibió de partera
en 1957 y desde ese momento ayudó a dar a luz a miles
de madres de la zona. También ejerció su profesión por
más de 30 años en la clínica Otharán de Morón y en forma
particular, ya que mucha gente, por recomendación, la
pedía como partera de sus alumbramientos. Además fue
una incansable luchadora de los derechos de las trabajadoras,
que solicitaban la misma jubilación de los médi-
cos, beneficio que consiguió después de un tiempo.
Dicen que en el Hospital era famosa porque siempre trataba
de solucionarle los problemas a todo el mundo. Su
sobrino agrega que “mandaba gente a su casa a buscar
plata para el colectivo o remedios, que ella siempre conseguía.
Su trabajo era una verdadera vocación”.
También, desde muy joven, comenzó a participar en la
Catedral de Morón.“Hasta noviembre de 2007, cuando
se enfermó, salía los domingos a dar la comunión por
todos lados. A veces la veían caminando por la calle Don
Bosco y volvía muy tarde. Incluso nos han quedado un
montón de llaves de casas de enfermos en las que entraba
directamente, pero al día de hoy no pudimos saber
de quiénes son”, cuenta Guillermo.
Su sobrino también recuerda que Marta “colaboró mucho
con los comedores de los barrios más humildes de la
zona. Por ejemplo, para el día del niño compraba y regalaba
zapatillas. Era tan conocida por la gente que hasta le
ofrecieron ser concejal, porque tenía muy buena imagen”.
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