Descargar Ilustres conocidos (pdf) - Municipalidad de Morón

año quiero retomar, tengo un cuaderno en el que cada
uno que visitó la muestra me ha dejado un mensaje con
su pensamiento. Mis nietos siempre dicen: “La casa de
la abuela es un museo”, porque tengo también colección
de monedas, estampillas y libros. Son objetos que consigo
yo misma o me traen mis hijos y gente de la familia.
Pueden ser de cualquier parte. Por ejemplo un muchacho
me acercó un helecho petrificado en una piedra
pizarra, y otro me trajo una piedra de mica en estado
natural.
Usted también participó en la formación de bibliotecas
en el partido. Fue una gran experiencia.
Efectivamente armé cinco bibliotecas. En la escuela Cristo
Obrero de Morón, a la que iba mi hija más chica, arrancamos
con un grupo de padres, consiguiendo donaciones.
Cuando alcanzamos los mil libros dejé de participar,
porque la tarea ya estaba cumplida. También participé
en la Escuela Técnica Jorge Newbery a través de
la comisión “ABC” (Amigos de la Biblioteca del Colegio).
Estimulé a los chicos a que hicieran cursos de
Bibliotecología para que atendieran ellos mismos.
¿Le gusta escribir? Si, escribí historias de mi pueblo.
Son cuentos y poesías de mi infancia para mis nietos.
También, cuando viajo, escribo poesías dedicadas a los
lugares que conozco.
¿Qué otras actividad realizó en las escuelas? Siempre
llevé mis colecciones y organicé distintas actividades para
educar, pero también para entretener. Colaboré con los integrantes
de las Cooperadoras, pinté aulas y dicté clases
en los patios, porque no me gustaba el encierro entre cuatro
paredes. Yo creo que los chicos me recuerdan porque
daba clases de manera diferente.
¿Enseñó a leer y a escribir a adultos?
Sí, enseñé desinteresadamente a leer y a escribir a personas
mayores aquí en mi casa, que es a lo que quiero
dedicarme en los próximos años. Cuando era censista
descubrí que había mucha gente analfabeta. Los formé
con un método que no se ve en las escuelas, en base a
dibujos. Las letras entran primero por los ojos, luego
por el sonido, y por último por el tacto. En los mayores
los sentidos están muy desarrollados, y eso facilita el
trabajo. Es emocionante ver a señoras grandes demostrar
su alegría, y decirte que pudieron escribir por primera
vez cartas a sus madres en Italia.
Vida y obra. Olga Sequeira de Rodríguez
Bajo nació en Lincoln, Provincia de Buenos Aires,
en 1924. En 1943 se convirtió en maestra de las escuelas
N° 19 y 66 del partido de Morón, y por más
de un cuarto de siglo enseñó a miles de chicos moronenses.
Se jubiló en los años 70, pero lejos de descansar,
montó un museo en su propia casa, escribe poemas,
investiga temas históricos, y participa en la
Asociación Belgraniana y en la Asociación Cultural
Sanmartiniana.
Organizó y fundó bibliotecas escolares solidarias.
Actualmente sigue prestando su colaboración a entidades
de bien público y escuelas.
I L U S T R E S C O N O C I D O S • 1 5 1