La_voz_ascendente_Especulo_53_2014
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<strong>La</strong> <strong>voz</strong> <strong>ascendente</strong> - nº <strong>53</strong> Espéculo julio-diciembre <strong>2014</strong><br />
esperar un poco más para que se produjera otro salto de calidad en el cine realizado por<br />
mujeres en el pequeño país magrebí. Estamos hablando de la irrupción, durante la<br />
década de los noventa, de Dora Bouchoucha en la escena cinematográfica, la primera<br />
mujer dedicada exclusivamente a la producción. Formada entre Túnez y París, y tras su<br />
paso por la docencia universitaria, comienza a trabajar en el audiovisual de la mano del<br />
célebre productor Ahmed Baha Eddine Attia. A partir de este momento canalizará a<br />
través de su productora Nomadis Images las inquietudes de una nueva generación de<br />
cineastas que buscan su primera oportunidad tras las cámaras, alternándolo con la<br />
producción de las nuevas obras de autoras ya consagradas. Así rodarán una serie de<br />
filmes de gran valía que logrará formar parte de la sección oficial de festivales del<br />
prestigio de Cannes o Venecia, incluso ganando premios. En su trayectoria se apreciará<br />
una implicación importante con temas de candente actualidad en su país natal, con la<br />
defensa de las libertades individuales ocupando un lugar predominante en la temática de<br />
sus producciones.<br />
Su primer hito personal lo alcanzaría con Les silences du palais (1994), dirigida por<br />
Moufida Tlatli. En esta película, una de las cumbres del cine tunecino y debut tras la<br />
cámara de esta célebre editora, en activo como tal desde los setenta formando parte del<br />
equipo de lo mejor del cine realizado en el Magreb, realiza una denuncia de la situación<br />
de la mujer a través de los recuerdos de Alia, la protagonista de la cinta, quién regresa a<br />
la casa en la que pasó su juventud. A través de una estructura a base de flash-backs<br />
asistimos a la época colonial bajo el dominio de los beys, donde las mujeres viven<br />
oprimidas, reducida su acción al espacio privado. Esta película, además, ha sido vista<br />
como una alegoría nacional, donde la protagonista es usada como metáfora tanto de<br />
Túnez como de sus ciudadanas. El proceso de liberación que experimenta la<br />
protagonista -no exenta de traumas- se convertirá así en metáfora del Túnez<br />
independizado, emancipado ya de la represión francesa (Donadey, 2011: 36). Pero como<br />
muy bien dice <strong>La</strong>ura Mulvey(1995: 18), esta liberación no será jugada sólo en la esfera<br />
pública, sino que tendrá su aplicación más transcendente sobre el ámbito privado.<br />
<strong>La</strong> pareja formada por Bouchoucha y Tlatli volverá a coincidir en <strong>La</strong> Saison des<br />
hommes (2000), película que versa sobre un grupo de mujeres de una misma familia que<br />
rememoran su estancia en la isla de Djerba, cuando debían aguardar pacientemente casi<br />
un año a que los hombres volvieran en vacaciones de la capital donde han emigrado<br />
para hacer fortuna. Se ve aquí de forma clara una interesante constante en la<br />
cinematografía de Moufida Tlatli, el retorno al pasado para denunciar la situación de la<br />
mujer actual: "By refusing to distinguish between past and present, Tlatli suggests that<br />
the past is always with us" (Taubin, 2001: 19). Este adentramiento en el pasado tiene un<br />
componente onírico importante, tanto en la dirección de arte, que resalta lo<br />
orientalizante, como en el ritmo de la narración, muy psicológico, cercano a la noción<br />
de opsigno de Deleuze [5]. Es interesante esta aparente evasión temporal porque en<br />
realidad supone una estrategia para juzgar negativamente la situación del Túnez del<br />
momento eludiendo la censura. Esta vía de expresión -similar a la Tercera Vía del cine<br />
español durante la dictadura franquista- así como la autocensura se constituirán en<br />
constantes del cine tunecino hasta el derrocamiento de Ben Ali, donde la ficción fue el<br />
género predominante frente al documental, convertido éste en una variedad ineficaz ante<br />
la imposibilidad de ofrecer testimonios de la realidad próxima.<br />
Esta compleja situación provocará que Dora Bouchoucha produzca apenas un par de<br />
documentales de directoras tunecinas durante el periodo prerrevolucionario: Nuits de<br />
noces à Tunis (1996), de Kalthoum Bornaz, sobre el trabajo de la bailarina Amel en<br />
bodas y otros actos festivos, producido para el canal televisivo Arte, y Sur les traces de<br />
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