La_voz_ascendente_Especulo_53_2014
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<strong>La</strong> <strong>voz</strong> <strong>ascendente</strong> - nº <strong>53</strong> Espéculo julio-diciembre <strong>2014</strong><br />
corre intentado seguir al coche, pero lo pierde de vista. Finalmente dará con ella frente a<br />
una tienda de juguetes. Wadjda acaricia la bicicleta. "Ochocientos riyales", le dice el<br />
vendedor, "demasiado caro para ti".<br />
<strong>La</strong> segunda parte en la búsqueda de los recursos para poder conseguir la bicicleta que<br />
quiere. <strong>La</strong> simple explicación de que quiere una bicicleta sirve para que aparezcan todos<br />
los impedimentos sociales y culturales que se la niegan. Abdullah ya se lo advirtió<br />
claramente: "vosotras no podéis montar en bicicleta". Wadjda tratará de demostrar que<br />
sí es posible.<br />
El periplo de la niña para conseguir el dinero es interesante porque cada cantidad que<br />
consiga le servirá a Haifaa Al-Mansour para componer el mosaico social y sus<br />
condicionantes.<br />
<strong>La</strong> primera negación viene de la madre. Cuando le dice que quiere una bici para montar<br />
con Abdullah, la respuesta es tajante y extensiva: "¿Has visto a alguna niña montada en<br />
bici?". No se trata solo de ella, no es una prohibición personal; en una situación general,<br />
algo que afecta a la totalidad de las niñas. <strong>La</strong> madre la recrimina que llegando a casa<br />
agotada de su viaje diario al trabajo le pregunte algo así. <strong>La</strong> respuesta de Wadjda es<br />
ponerse a hacer pulseras en su habitación y calcular cuánto dinero le falta para poder<br />
comprarla.<br />
<strong>La</strong> necesidad de conseguir dinero determina algunos de los episodios de esta segunda<br />
parte. Vendiendo pulseras no tendrá suficiente para reunir el dinero que le hace falta. Es<br />
cuando se produce el "incidente" de Abeer.<br />
Una alumna mayor le pide a Wadjda que entregue un justificante de salida a su<br />
"hermano", que está fuera del colegio, junto a una camioneta blanca aparcada. <strong>La</strong><br />
muchacha, Abeer, le ofrecerá 10 riyales por darle el papel al salir. Wadjda le exige el<br />
doble, veinte. "¡Dios, cómo eres!". Sin el permiso no la dejarán recogerla. Wadjda mira<br />
con cara de escepticismo. No se cree la historia del hermano. Al salir, un chico está allí<br />
esperando. Wadjda se acerca a hablar con él y le dice que Abeer le ha dicho que le<br />
entregue el justificante y que él le daría 20 riyales. El chico se los da. "¡Hasta tu dinero<br />
huele a colonia!", le dice Wadjda al alejarse con el dinero.<br />
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