1 - Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

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,r ASTRONOMÍA.
§. XLIX.
Sistema de _. , Estas disputas y oposición de pareceres nos conh¿
h0 " Bra "duce-naturalmente á la explicación de piro tercer
sistema, que se compuso sin duda para conciliar las
dos opiniones, por el respeto á la Sagrada Escritura.
Con este motivo tiene bastantes sequaces, y
es preciso manifestar su poco fundamento. Su Autor
fué Ticho-Brahe, Cabañero Dinamarqués, que
floreció en el siglo XVI. Viendo las inconseqüen-j
cías del sistema de Ptoloméo, y la persecución dej
de Copernico, embidioso quizás de su gloria, le dio
nueva forma á este último sistema, no haciendo otra
cosa mas que atribuir al sol el movimiento que Copernico
dio á la tierra. Así es que colocó en e\
centro del mundo y en perfecto reposo á la tierra,
girando al rededor de ella la luna, inmediatame^
Fig. ». te después el sol, y al rededor del sol Mercurio,
Venus, Júpiter y Saturno; y viendo que Marte algunas
veces se hallaba mas cerca de la tierra que
el sol, dispuso su órbita de modo que cortase la
de Marte como se representa en la figura.
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Refutación Fácilmente se dexa conocer la irregularidad de
lem"* "*" movimiento que debería haber con esta suposición
en el cielo , pues para hacer su revolución al re-
ro
CAPÍTULO PRIMERO. 193
dedor del sol los planetas Mercurio, Venus, Marte
, Júpiter y Saturno han de ir acompañándole á
él en la suya al rededor de la tierra. No hay imaginación
que conciba las veces que se corta la curva
que describen los planetas, y de aquí se sigue
la gran dificultad de poder hallar los lugares de
los astros. Y aunque explica con mas facilidad algunos
fenómenos, es sin embargo opuesto á las leyes
del movimiento, y esta es la razón porque le
abandonamos.
§. LI.
¿Quanto mas natural es, si discurrimos ahora Algunasraalgunas
pruebas del sistema Copernicano, que el probar P q«e
sol que es el astro que dá luz y calor á todos los ¿'¿Sol:
demás planetas, esté en el centro desde donde con P re *f rible á
mas proporción puede repartir sus benéficas influencias
Si reparamos en lo que pasa con nuestras acciones
veremos, que es mas propio que los planetas,
que son los que necesitan ser iluminados y calentados,
vayan á buscar el origen de la luz y del
calor mas bien que no el mismo sol vaya á buscarlos
á ellos. Aunque esta prueba parece de mera
cortesía, es sin embargo de alguna fuerza; pero
es mas poderosa la razón de ver que los demas
planetas hacen su revolución en sus órbitas
correspondientes, y siendo la tierra un cuerpo semejante
a los otros planetas como se ve por sus
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