1 - Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

La variación
de la inclinación
de
las órbitas
pía ne ta ri as
depende
también de
la atracción.
Expli can se
los diferentes
aspectos
que puede
tener el cielo
efecto de
esta variación.
362 ASTRONOMÍA.
§. LXVIII.
La variación de las inclinaciones de las órbitas
planetarias respecto de la ecliptica explicadas en
el {§. 83 cap. 1) tienen una explicación natural y
cómoda por la teórica de la atracción. Aplicando
respecto de cada uno de los planetas la análisis
que hemos hecho en las alteraciones de la luna,
veremos que son casi infinitas las causas que pueden
concurrir á alterar la inclinación, y que por
esta razón en diferentes tiempos debe haber presentado
el cielo diferentes aspectos: y que puede
llegar el caso de coincidir la órbita de la ecliptica
con el equador; pero también se comprehende
que aun quando esto se verificase no debia subsistir
por mucho tiempo, porque las mismas causas
que contribuirían á producir este efecto debían des-r
truirlo después. Si se atiende á las variaciones que
pueden ocasionar los planetas puede reducirse á límites
; pero si se han de entrar en cuenta los cometas
entonces las anomalías é irregularidades deben
ser en número casi infinito por ser también inmenso
el número de estos cuerpos. Calculan los
Astrónomos lo que- cada planeta puede contribuir
á estas variaciones: lo hacen con toda evidencia
respecto de aquellos cuya masa ó cantidad de materia
han medido exactamente por los medios esta-
CAPÍTULO SEGUNDO.- 363
blecidos anteriormente para esta medida, y atribuyendo
el efecto que ven, pero que no es ocasionado
por los planetas superiores, á los inferiores
Mercurio y Venus calculan sus masas; y este es el
único medio que tienen para esta averiguación.
§. ! LXIX.
En el ($. 81 cap. i) se dio por causa de la Explicación
. . . . física de la
precesión de los equinoccios un movimiento partí- precesión de
cíos.
cular en el exe de la tierra: se hizo ver allí la ( sencillez de esta explicación preferible al movimien*-
to que los Ptolemáycos atribuían á toda la esfera
celeste; falta ahora que demostremos como se halla
la explicación de esto en el sistema de la atracción.
Parece á primera vista que al pasar la tierra
de un punto á otro de su órbita no debia perder
el paralelismo de su exe, porque siendo un cuerpo
esférico es igualmente atraído en todas sus partes
por la causa que lo hace girar, y no debia haber
mas que un movimiento progresivo, pues falta razón
para qualquiera otro. Esto seria así si la tierra
fuera perfectamente esférica; pero hemos demostrado
(sec. 3 cap. 2) que no tiene esta figura, hemos
dicho que es chata por los polos, y levantada
por el equador; de modo, que si se concibe que
un semicírculo, de igual diámetro á el exe de la
tierra, da bueltas al rededor de ella, dexará una fi-
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