1 - Real Academia de Ciencias Exactas, FÃÂsicas y Naturales
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.1 V<br />
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¡3<br />
2 44 ASTRONOMÍA.<br />
infundió el nuevo expectáculo; pero sabiendo ahora<br />
que se cuentan en el número <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más cuerpos<br />
que tenemos y miramos como benéficos, ya no<br />
nos <strong>de</strong>bemos espantar <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> este fenómeno,<br />
y lejos <strong>de</strong> ello, nos <strong>de</strong>beremos complacer<br />
con la hermosa luz que <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n <strong>de</strong>xándose ver al<br />
través <strong>de</strong> ella las estrellas fixas. Si la cabellera,<br />
cola, ó barba es el origen <strong>de</strong>l terror y <strong>de</strong>l errado<br />
concepto en que se han tenido los cometas, <strong>de</strong>beremos<br />
nosotros sin duda <strong>de</strong>secharle al ver que ha<br />
habido cometas que no han tenido ninguna <strong>de</strong> estas<br />
tres apariencias. El que observó Ticho en 1585<br />
por espacio <strong>de</strong> un mes era redondo, y solo se advertía<br />
que su circunferencia estaba iluminada mas<br />
débilmente que lo interior. El <strong>de</strong> 1665 esiaba muy<br />
iluminado según Hevelio, y no tenia cabellera; y<br />
el que se vio en 1763 se presentó <strong>de</strong> la misma<br />
manera sin embargo <strong>de</strong> que pasó muy cerca <strong>de</strong> la<br />
tierra. De aquí concluiremos que para caracterizar<br />
á los cometas <strong>de</strong> tales no <strong>de</strong>be aten<strong>de</strong>rse principal*<br />
mente á esta especie <strong>de</strong> melena ó luz que les acompaña,<br />
porque estas señales son equívocas, y expuestas<br />
á los errores <strong>de</strong> la vista y falacia <strong>de</strong> los instrumentos;<br />
y solo <strong>de</strong>beremos aten<strong>de</strong>r á la naturaleza<br />
<strong>de</strong> su movimiento, á sus direcciones, velocida<strong>de</strong>s<br />
, inclinaciones <strong>de</strong> sus órbitas , y á I a<br />
alternativa <strong>de</strong> verse y <strong>de</strong>xarse <strong>de</strong> ver sin que es-<br />
CAPÍTULO PRIMERO. 24$<br />
to <strong>de</strong>penda <strong>de</strong> fases, sino <strong>de</strong> diferencia <strong>de</strong> estaciones.<br />
§. LXXIX.<br />
Ya, pues, exten<strong>de</strong>remos los límites <strong>de</strong>l sistema verda<strong>de</strong>ra<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l sissolar<br />
en quanto al número <strong>de</strong> los cuerpos y mag- tema solar,<br />
nitud <strong>de</strong> su espacio: en lugar <strong>de</strong> los siete cuerpos<br />
que diximos que le ro<strong>de</strong>aban (5-45) diremos que<br />
es un número in<strong>de</strong>finido que quizás nunca se podrá<br />
<strong>de</strong>terminar, porque no hay medio ninguno <strong>de</strong> averiguar,<br />
ni siquiera al poco mas ó menos, quantos podrán<br />
ser: la revolución <strong>de</strong> sus tiempos periódicos<br />
no está limitada, conociéndose en el dia alguno<br />
que la tiene <strong>de</strong> cerca <strong>de</strong> 600 años, y pudiendo haberlos<br />
<strong>de</strong> mucho mas. La inclinación <strong>de</strong> sus órbitas<br />
no está ya reducida al.zodiaco, se extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />
uno al otro polo, y la dirección <strong>de</strong> los movimientos<br />
no es como en los siete planetas <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte á<br />
oriente, sino que varía caminando algunos en dirección<br />
contraria. La extensión también <strong>de</strong>l espacio<br />
que ocupa el sistema solar no está limitada ; va mucho<br />
mas allá <strong>de</strong> la esfera <strong>de</strong> Saturno y Herschell,<br />
á distancias que exce<strong>de</strong>n los límites <strong>de</strong> la imaginación.<br />
De todo esto viene la i<strong>de</strong>a mas magnifica y<br />
mas admirable <strong>de</strong> la Sabiduría <strong>de</strong>l Criador, que con<br />
tanto or<strong>de</strong>n y con tan bella distribución supo colocar<br />
toda esta innumerable multitud <strong>de</strong> cuerpos.