1 - Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

2 5 8 ASTRONOMÍA.
CAPITULO SEGUNDO.
De las causas que retienen d los
en sus órbitas y de las leyes del
movimiento.
planetas
Necesidad Hasta ahora hemos seguido á los astros en su moíua5on
Ve í¡ vimiento y apariencias, y por medio de la contilascausasdei
, observación hemos hallado las variaciones
movimiento. ""«»*«* •*
diarias, y hemos reducido á un sistema regular todos
los cuerpos celestes, y por medio de él hemos
dado razón de sus fenómenos. Pero es tan natural
preguntar la causa que mantiene estos cuerpos en
el espacio, y la de sus movimientos, que el espí^
ritu no queda tranquilo mientras no se le dá alguna
razón que le satisfaga. Ciertamente es una confirmación
mas del sistema que se propone el Observador
quando se ve que poniendo ciertos principios
incontestables, se viene por medio de un raciocinio
á los mismos resultados que nos ha dado
la operación práctica; y aunque para averiguar la
cantidad del movimiento importa poco saber la causa
que lo produce si hay otro medio de averiguarla,
parece sin embargo que la noticia es tan empírica
que se puede dudar de su verdad. Esto es tan
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evidente que no necesita mas prueba que el examinar
cada qual lo que pasa en sí mismo; pero
no es esta la única ventaja que resulta de la averiguación
de las causas del movimiento de los astros,
serian nuestros conocimientos muy limitados
si hubiéramos de dirigirnos solamente por la observación.
Convencidos de que todos los astros son
cuerpos, de modo que no podemos dudarlo, recorreremos
aquellas propiedades que los cuerpos tienen
por razón de tales, y que para tenerlas no influye
en nada la magnitud, color &c., y les preguntaremos
para ver que resultados nos dan. Por
este camino tan natural y sencillo descubriremos
cosas que absolutamente ignoraríamos por otro medio;
pero antes daremos razón del modo de explicarse
en esta parte Ptoloméo y Descartes, que son
los únicos que se apartan del modo de pensar que
generalmente se tiene en el dia.
KL