1 - Real Academia de Ciencias Exactas, FÃÂsicas y Naturales
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m<br />
202 ASTRONOMÍA.<br />
cidad, por su sencillez, siendo increible la casi infinita<br />
velocidad con que <strong>de</strong>ben andar las estrellas<br />
fixas para concluir su revolución diurna, pues están<br />
á tal distancia <strong>de</strong> la tierra que se sabe que el<br />
número <strong>de</strong> leguas se expresa por un cálculo muy<br />
pru<strong>de</strong>nte con el número 2800000000000, y calculando<br />
su circunferencia tienen que andar en cada<br />
segundo 101851851 -g- leguas, velocidad que<br />
es incomprehensible; pero suponiendo que la tierra<br />
tiene movimiento <strong>de</strong> rotación se verificarán las<br />
mismas apariencias con solo tener una velocidad <strong>de</strong><br />
555 varas por segundo, que pue<strong>de</strong> hacerse con mucha<br />
facilidad.<br />
FÍ itf. Supóngase para la inteligencia <strong>de</strong>l movimiento<br />
diurno por la hipótesis <strong>de</strong> Copernico que sea S el<br />
sol, T la tierra, y O un Observador en ella, cuyo<br />
horizonte sea representado por la línea H h, haciendo<br />
el sol su movimiento <strong>de</strong> H á S, y h le parecerá<br />
al Observador que ha nacido , que ha culminado<br />
en S y que se ha puesto en h. Si ahora<br />
supone que la tierra gira al re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> su exe en<br />
la dirección hSKle resultará la misma i<strong>de</strong>a, porque<br />
al executar la tierra su movimiento <strong>de</strong> rotación<br />
lleva consigo el horizonte <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los<br />
Observadores, y pasando <strong>de</strong> la situación en que la<br />
hemos supuesto, teniendo su horizonte como está<br />
en Hb i la <strong>de</strong> MN se va aproximando el hori-<br />
' CAPÍTULO PRIMERO. 203<br />
zonte al sol, <strong>de</strong> modo que en poniéndose en la dirección<br />
OS estará el sol ocultándose, y se conservará<br />
en este mismo estado mientras que la tierra<br />
concluya una semirevolucion diurna, y pase el<br />
punto O al G en que ya el horizonte tocará al<br />
sol por la parte opuesta á aquella por don<strong>de</strong> se<br />
ocultó, y se verificará el oriente en el punto S que<br />
es el correspondiente al H; y <strong>de</strong>l mismo modo que<br />
ha visto y ha <strong>de</strong>xado <strong>de</strong> ver al sol en el discurso<br />
<strong>de</strong> 24. h , habrá también sucedido lo mismo con<br />
los <strong>de</strong>más astros, supuesto que todos ellos se hallan<br />
en la misma parte adon<strong>de</strong> es referido el sol.<br />
§. LVL<br />
La <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong> los dias en los diferentes Explícasela<br />
tiempos <strong>de</strong>l año se explicó por la obliqüidad <strong>de</strong> la dTfos dl\s<br />
en los diferentes<br />
tiem-<br />
ecliptica, suponiendo al sol en movimiento, creciendo<br />
los dias á proporción que ganaba en <strong>de</strong>clina- pos <strong>de</strong>l año.<br />
cion boreal, porque entonces se hallaba en paralelos,<br />
cuyas mayores porciones se hallan sobre el<br />
horizonte. De la misma manera se concibe trasladando<br />
el movimiento <strong>de</strong>l sol á la tierra, porque<br />
suponiendo que S sea el sol, y el círculo señala- Fig. «7-<br />
do con los signos <strong>de</strong>l zodiaco la órbita <strong>de</strong> la tierra<br />
, el sol siempre ilumina la mitad <strong>de</strong> ella, y es<br />
la que está metida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la órbita. Estando la<br />
tierra en Y se ve que es iluminada la parte D Y G