1 - Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

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ASTRONOMÍA.
este es un círculo máximo, y lo es igualmente el
de la ecliptica no pueden menos de cortarse, y lo
que mas sucederá es que varíe el punto de la intersección,
y haga su camino en la misma dirección
que lo hace el polo, quedando siempre la misma
inclinación. Como que el nudo se retira, y las
estrellas se están quietas aparece el movimiento de
ellas en longitud, y tardarán en volverse á hallar
en la misma disposición que se hallaban antes, o
con la misma longitud que en el instante en que se
las empieza á observar los 25920 años dichos. Esta
revolución suele conocerse con el nombre de
año grande de Platón.
CAPÍTULO PRIMERO.
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decir que la constelación ha adelantado, y que el
signo, que es la señal con que se distingue la constelación
, se ha quedado en el' mismo lugar, y por
esta razón la constelación del Carnero corresponde
al signo del Toro, y la constelación del Toro al
signo de los Mellizos, y así sucesivamente todas las
demás como se representa en la figura. El Carne- Fig. 07.
ro se hallaba en tiempo de Hyparco en la intersección
del equador con la ecliptica, y ahora se
halla en este punto el Toro; pero siempre los Astrónomos
cuentan la longitud desde el primer punto
del Carnero atendiendo al signo que siempre se
halla en esta intersección.
feí.
§. LXXXII.
r, i ¿ Esta variación de los puntos equinocciales ha
Ule se en*
tiende en ei ocas¡ ona do la diferencia que hay entre signo y consdia
n por sig- * ' "" °
°. y cons - telacion: pues si comparamos el estado del cielo
telacion.
'.
con relación al tiempo en que floreció Hyparco poco
mas ó menos, veremos que cada una de las constelaciones
ha ganado casi 30 o ó un signo en longitud,
y como en aquel tiempo correspondía perfectamente
el signo al lugar de la constelación, era
indiferente llamar al grupo de estrellas con uno ú
otro nombre. Pero ahora que el grupo de estrellas
de cada una de las doce constelaciones del zodiaco
se ha adelantado la cantidad dicha , es preciso
§. LXXXIII.
Sin embargo de que por este movimiento que D¡ m!nue!on
hemos notado no se altera la latitud de las estre- d .l J la J 0 , bli "
qmdad de la
lias; comparando las observaciones de los antiguos «*fc*fefa
con las de los modernos, se halla que la obliqüidad
de la ecliptica respecto del equador se ha disminuido.
Son muchos los testimonios que hay en
confirmación de esto, y aunque algunos quieren decir
que la variación que se halla depende de la
inexactitud de las observaciones de los antiguos
por la falta de instrumentos, son sin embargo las
variaciones tan grandes, que aun haciéndose cargo
de lo que ellos podían errar y substrayéndolo del