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I Concurso de Relato Corto de Ciencia Ficción 3 VIII Premio “Luna ...

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Sistema <strong>de</strong> Infotecas Centrales<br />

Universidad Autónoma <strong>de</strong> Coahuila<br />

árbol es un ejemplo <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> la gravedad, pero la concreta manzana que golpeó la peluca empolvada <strong>de</strong><br />

Newton es irrelevante. ¿Suce<strong>de</strong> lo mismo con la verdad moral Deseando compren<strong>de</strong>r o que otro comprenda<br />

la esencia <strong>de</strong> la valentía, ¿echaré mano <strong>de</strong>l diccionario o la enciclopedia para leer allí su <strong>de</strong>finición Seguro<br />

que no, porque, para cuestiones morales, la <strong>de</strong>finición lógica no agota ni <strong>de</strong> lejos toda la verdad moral, la cual<br />

se revela en toda su plenitud exclusivamente a través <strong>de</strong> la concreción empírica <strong>de</strong>l ejemplo: lo que la valentía<br />

sea se aprehen<strong>de</strong> sólo mediante la intuición contenida en un ejemplo tangible <strong>de</strong> valentía, no a través <strong>de</strong> los<br />

tratados discursivos, porque sólo el ejemplo propone a la intuición <strong>de</strong>l hombre, con evi<strong>de</strong>ncia sensible, la<br />

esencia <strong>de</strong> la acción enjuiciada. Aquí el ejemplo <strong>de</strong> la valentía pertenece a la esencia <strong>de</strong> la valentía, no<br />

funciona como la manzana <strong>de</strong> Newton. El entero aprendizaje moral <strong>de</strong>l hombre, en fin, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> un<br />

continuado juicio crítico sobre los ejemplos significativos que nos ro<strong>de</strong>an.<br />

En consecuencia, hay que criticar al prójimo, siempre y sin cesar (por una vez el <strong>de</strong>ber coinci<strong>de</strong> con la<br />

inclinación humana). La crítica -el cotilleo, las hablillas, el chisme- no sólo sazona el a veces rancio bocado<br />

<strong>de</strong> la vida, sino que es el vehículo privilegiado <strong>de</strong> acceso a la moralidad, pues sólo en el ejemplo criticado -la<br />

conducta <strong>de</strong> un tercero- comparece ante mí la virtud, presente o ausente, y se me hace intuible en su<br />

in<strong>de</strong>finible esencia. Imaginemos la primera cita <strong>de</strong> una pareja que <strong>de</strong>sea conocerse mejor. Para ese fin, no le<br />

preguntará uno al otro si le agrada lo bueno, bello y honesto que hay en la vida, porque la previsible<br />

contestación positiva apenas permite avanzar en ese conocimiento. El momento <strong>de</strong>cisivo <strong>de</strong> la conversación<br />

sobreviene al concretar los ejemplos don<strong>de</strong> se materializan dichas cualida<strong>de</strong>s abstractas: un hecho histórico,<br />

un libro, una película, una canción; y, con especial intensidad, los ejemplos personales: amigos comunes,<br />

notorieda<strong>de</strong>s públicas, políticos. Nuestra sentimentalidad, el hondón <strong>de</strong> nuestra alma, no se <strong>de</strong>ja conocer<br />

directamente sino sólo por vía refleja, proyectándose sobre quienes son objeto <strong>de</strong> nuestros juicios morales.<br />

Sócrates iba por las calles <strong>de</strong> Atenas preguntando qué es la virtud y se enredaba en interminables<br />

conversaciones con sus conciudadanos, que al final le costaron la vida exhibiendo un ejemplo imborrable <strong>de</strong><br />

aquello mismo que preguntaba. Pero hemos visto que su interrogación estaba mal formulada, porque <strong>de</strong>bía<br />

haber inquirido no qué es la virtud sino quién la encarna. Si, encontrándome con él en una <strong>de</strong> aquellas escenas<br />

que narra Platón, Sócrates me hubiera dirigido su conocida pregunta, yo le hubiera replicado: "Yo te adoro,<br />

Sócrates, pero... la virtud eres tú".<br />

http://www.elpais.com/articulo/portada/adoro/elogio/chisme/elpepuculbab/20100814elpbabpor_23/Tes<br />

Boletín Científico y Cultural <strong>de</strong> la Infoteca No. 259 Septiembre 2010<br />

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