El Trabajo Infantil Doméstico en Honduras. A Puerta Cerrada..., 2003

7.8 Acceso a la educación
Como resultado de las relaciones opresivas de trabajo doméstico, las TID entrevistadas se
ven privadas del derecho a la educación. Si bien en las familias empleadoras no se les niega
de forma explícita el permiso para estudiar, las condiciones laborales en que se insertan
determinan muchas limitaciones para que puedan hacerlo. Esas condiciones se conjugan
con un ambiente social que cada vez se vuelve más hostil y peligroso para las niñas y las
mujeres jóvenes en los ámbitos urbanos. Mientras que los chicos trabajan jornadas que les
permiten concurrir en horario diurno o nocturno a los centros de estudio, la mayoría de las
TID están todo el día a disponibilidad de la familia empleadora porque residen en el mismo
hogar, y las que viven fuera, hacen horarios muy extendidos. En la noche y en horas tardías
la calle se vuelve un lugar de alto riesgo para ellas. Como resultado de esa situación en el
momento de la entrevista el 53.1% de las niñas no estaba estudiando.
Para mostrar con mayor claridad la relación entre condiciones de trabajo y privación del
derecho a la educación, se construyó un indicador compuesto identificando a la
población que dentro de la muestra total de chicas entrevistadas se encuentra en la
siguiente condición: i) reciben un salario inferior al promedio mínimo nacional, ii) tienen
una carga laboral de más de tres actividades diarias diferentes que realizan sin ayuda,
iii) reciben menos de tres beneficios sociales y, iv) trabajan jornadas superiores a las
legalmente autorizadas para su edad. Con respecto a la duración de la jornada, el
indicador incluye a las TID entre 16 y 17 años que trabajan más de 6 horas, y en el
grupo de 16 a 14, a las que trabajan más de 4 horas. Este último criterio también se
aplicó a las menores de 14, aunque en estricto sentido, debido a la edad, ellas deberían
estar fuera del mercado de trabajo, según el Código de la Niñez y Adolescencia, el
Reglamento sobre Trabajo Infantil en Honduras, y el Convenio 138 de la OIT sobre la
edad mínima de admisión al empleo.
Se encontró que las TID que están en esa peor condición laboral, que representan la
mayoría en cada grupo de edad, son también las que tienen menos acceso a la
educación, con respecto al promedio de la muestra. El gráfico que sigue refleja que en el
grupo de las niñas menores de catorce hay una más alta proporción que trabajan en
peores condiciones y que no estudian:
121
CAPÍTULO 7 - CONDICIONES DE TRABAJO