El Trabajo Infantil Doméstico en Honduras. A Puerta Cerrada..., 2003

Dentro del pago en especie se incluye la alimentación, de acuerdo a las respuestas del
81.8% de las entrevistadas, el alojamiento (63.6%), la vestimenta (72.7%), los gastos de
salud (59.1%) y de educación (36.4%).
Según la información que proporcionaron las empleadoras, el 72.7% de las TID reciben
salarios monetarios mensuales inferiores en un tercio al promedio mínimo nacional. El
50% de ellas les pagan algunos beneficios sociales, generalmente aguinaldos, el 22.%
reconoce el pago de vacaciones, y el 18.2% de otros beneficios.
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En resumen, el perfil laboral que las empleadoras ofrecen a las TID, según la
información que ellas mismas proporcionaron, se caracteriza por largas jornadas de
trabajo, salarios monetarios inferiores al mínimo, múltiples responsabilidades
domésticas que asumir incluyendo el cuidado de niños y niñas pequeñas y en edad
escolar, escaso tiempo libre para estudiar y un período limitado de permanencia en el
empleo A todo lo anterior se agrega el incumplimiento de compromisos adquiridos con
las familias, principalmente facilitarles las condiciones para que continúen en el sistema
educativo. Trabajando todo el día en jornadas corridas, con solamente un día libre a la
semana, y recibiendo ingresos muy bajos, las oportunidades de estudiar se vuelven
ilusorias para las niñas trabajadoras domésticas en hogares de terceros.
TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO EN HONDURAS
-Relaciones de las empleadoras con las TID
Las empleadoras establecen relaciones de control sobre las TID, no sólo durante la
jornada de trabajo, sino incluso en el tiempo libre, especialmente cuándo residen en los
hogares donde trabajan. Si salen o no, reciben amigas o familiares, tienen novio, o se
van a visitar a sus familias de origen, depende en gran medida de que sean autorizadas
por las empleadoras, porque de lo contrario pierden el trabajo. En el tiempo libre el
72.7% de las empleadoras entrevistadas dicen que les permiten visitar a sus familiares,
el 63.8% las dejan recibir a las amigas, el 72.7% les dan permiso para salir en el tiempo
libre. No obstante, en el 96% de los casos, las empleadoras se oponen a que las chicas
salgan con muchachos o que las visiten, ejerciendo represión sobre la libertad de
expresar la sexualidad, según dicen, por temor a que se embaracen o se vayan con la
pareja.
Llama la atención que solamente el 9.1% de las empleadoras aceptan que las niñas
hagan las tareas escolares y estudien en la casa, en horario diurno los días hábiles,
aunque el 70.6% de ellas se habían comprometido con las familias de las TID a
apoyarlas para que pudieran estudiar. Las facilidades que les proporcionan se reducen
a permitirles que concurran a los centros educativos o de capacitación los fines de
semana.
Al preguntarles a las empleadoras qué facilidades ofrecen a las chicas, las más
frecuentes son las que se muestran en el gráfico que sigue. Vale resaltar que la mitad
de las entrevistadas no estaba aportando ayuda para educación. Una de cada diez
empleadoras entrevistadas, señaló además, que cuando las niñas cometen fallas en el
trabajo, les restringen el tiempo libre.