El Trabajo Infantil Doméstico en Honduras. A Puerta Cerrada..., 2003

Las dificultades para el adecuado funcionamiento de las instituciones del Estado,
responden a múltiples factores entre los que cuenta la indiferencia e insensibilidad de
la población, y particularmente de los empleadores respecto a la niñez trabajadora, y de
los mismos funcionarios a cargo de vigilar el cumplimiento de la ley y aplicar las
sanciones que correspondan. La falta de voluntad política que se manifiesta en los
escasos recursos asignados a las instituciones, es un factor de gran peso que
obstaculiza la superación de la brecha entre el discurso formal y la inclusión ciudadana
real de la población infantil y adolescente, para que puedan ejercer sus derechos
traducidos en indicadores de desarrollo humano, en la eliminación de las peores formas
de explotación laboral, y en el cumplimiento del límite de edad legal de incorporación al
trabajo.
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Las autoridades responsables de la protección a la niñez, como la Fiscalías del Menor y
del Discapacitado, Juzgados de la Niñez, INHFA, Secretaría de Trabajo, Comisionado
Nacional de los Derechos Humanos, y en general las entidades del Estado, desconocen
la problemática de las niñas y niños trabajadores domésticos en hogares de terceros, la
explotación económica a la que se exponen, y no están sensibilizados al respecto.
TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO EN HONDURAS
La falta de información, la invisibilidad, y el aislamiento social que comparten las
trabajadoras infantiles domésticas, repercute en el desconocimiento de sus derechos, y
por ende no recurren a la denuncia ante la explotación laboral y el abuso. A veces no lo
hacen a causa de la intimidación de los patronos. El entorno social carece de medios
para facilitarles el acceso a las instituciones, ni siquiera a las de salud y educación. La
limitada oferta de servicios, los costos, la localización distante de esos servicios con
relación a los lugares donde trabajan, la alta demanda que éstos tienen, son algunos
inconvenientes a los que se suman las condiciones laborales, la falta de tiempo, de
recursos, de permiso para salir del trabajo. Al igual que para la totalidad de la población
infantil trabajadora, cuando llegan a presentar denuncias a la Fiscalía, fácilmente
abandonan el seguimiento, debido a los trámites burocráticos, costos, tiempo, e incluso
a las amenazas de los patrones, y en el mejor de los casos, aceptan arreglos en dinero
por montos inferiores a los que legalmente les corresponden, y que no corresponden a
la restitución de sus derechos.
Con respecto al IHNFA, el mayor reto que enfrenta para poder cumplir con la misión
para la cual fue creada esta institución, es definir estrategias concertadas entre los
diferentes sectores de la sociedad y el Estado, y crear los mecanismos adecuados para
hacer posible alternativas viables de protección integral y real de los derechos de la
niñez, para garantizar la provisión de las necesidades humanas básicas, al menos, de
la población infantil más necesitada. En la situación actual, la limitación extrema de
recursos, lleva a la constante ampliación de la distancia entre la intencionalidad de los
programas y el alcance de las intervenciones, respecto a las condiciones de vida concreta
de la población infantil, donde cada día crece la proporción de niñas y niños cuyas
necesidades están insatisfechas por la pobreza que se agudiza en un escenario nacional
distorsionado por un orden mundial globalizado, donde también crece la inequidad entre
países y regiones del mundo.