El Trabajo Infantil Doméstico en Honduras. A Puerta Cerrada..., 2003

generen la demanda de este derecho, y en términos generales el reclamos de sus
derechos.
3.3 Consideraciones sobre el marco legal
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TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO EN HONDURAS
El problema más importante que ha sido señalado por diversos sectores consultados, es
que el marco legal de protección a la niñez contra la explotación económica, incluyendo
en este caso la protección contra la explotación en el trabajo infantil doméstico en
hogares de terceros, no trasciende la mayor parte de las veces, el nivel declarativo
formal. Hay una gran distancia entre la letra de la ley y la realidad cotidiana de la niñez
trabajadora en Honduras. Para que se haga efectiva se requiere voluntad política, pero
también recursos suficientes y estrategias que permitan universalizar las acciones. En
otros términos, no basta con retirar o limitar el trabajo infantil, si no se establecen
condiciones para que de manera efectiva sus derechos sean restituidos, conforme al
sentido de la Recomendación 190 del Convenio 182, en términos de que se les garantice
la satisfacción de sus necesidades básicas de alimentación, abrigo, educación, salud,
integración social y familiar, cuando sea posible, y demás derechos, reconociendo la
integralidad de los derechos, de acuerdo a la Convención sobre los derechos del Niño y
al Código de la Niñez y Adolescencia.
Toda las disposiciones del Código respecto al trabajo infantil, están dirigidas a prevenir
la explotación económica, estableciendo regulaciones sobre las condiciones de trabajo,
prohibiendo el trabajo bajo ciertas condiciones peligrosas, identificadas sobre todo en el
sector industrial y agroindustrial, y creando mecanismos para vigilar el cumplimiento
de las disposiciones. El Estado de Honduras expresa la intencionalidad de abolir de
forma gradual el trabajo infantil. No obstante, el límite de edad para la admisión al
trabajo se mantiene bajo, en 14 años, y la masiva incorporación de la PEA infantil al
mercado de trabajo, que se aproxima al medio millón, representa un reto muy grande
para poder hacer efectivas las regulaciones sobre el trabajo infantil.
Esa masiva participación de niñas y niños en el mercado de trabajo, genera una alta
oferta de mano de obra infantil que favorece la explotación económica y la violación a sus
derechos. Afectados por la pobreza y por la necesidad de trabajar para sobrevivir, llegan
a aceptar cualquier tipo de condiciones de ocupación. El desconocimiento que tienen
sobre sus derechos, y las escasas probabilidades de obtener justicia a sus reclamos,
cuando los presentan, contribuyen a que las situaciones de explotación se mantengan.
La edad mínima de incorporación al trabajo que establece la legislación hondureña es un
límite bajo, sin embargo está muy lejos de la realidad. Las estadísticas nacionales registran
la población trabajadora desde los diez años, y en la Encuesta de Hogares de Propósitos
Múltiples, las estadísticas de trabajo infantil incluyen niños y niñas desde los 5 años.
La mayoría de la población infantil que trabaja, no está estudiando, y a medida que
avanzan en edad, es más grande el grupo de niñas y niños trabajadores que abandonan
los estudios.