El Trabajo Infantil Doméstico en Honduras. A Puerta Cerrada..., 2003

epercusiones en el largo plazo, sin una mirada integradora sobre las condiciones que
enfrentan las niñas y los niños en el aquí y el ahora, para parar muchas formas de
abuso.
-Los niños trabajadores domésticos en hogares de terceros
El trabajo doméstico en hogares de terceros se percibe como un oficio de mujeres, y hay
muchos prejuicios hacia los niños que están en esa ocupación. Algunos llegan a
incorporarse a este tipo de trabajo porque sus madres son o han sido trabajadoras
domésticas. A veces han convivido o frecuentado por años los hogares de los
empleadores donde luego se incorporan a trabajar, y generalmente no tienen la misma
carga laboral que se les asigna a las niñas. Son contratados para cierto tipo de tareas,
como lavar carros, limpiar el jardín, barrer y limpiar patios. Las actividades están
segregadas por sexo.
En el caso de San Pedro Sula, se encontró que frecuentemente los niños trabajadores
domésticos en hogares de terceros pertenecen a la etnia garífuna, donde es aceptado que
los hombres participen en los oficios domésticos, al igual que las mujeres, como el aseo
de la casa, el lavado de ropa, o el cuidado de niños, al contrario de lo que sucede entre
la mayoría de la población masculina del país, donde los hombres y los niños se sienten
afectados en su masculinidad si se ven obligados a colaborar o realizar tareas
domésticas que se consideran propias de mujeres.
Los niños que trabajan en casas lo hacen en condiciones diferenciales a las niñas. Por
lo general no viven con la familia empleadora, sus condiciones de trabajo se ajustan a
arreglos más explícitos y las actividades que hacen están mejor definidas. En alguna
medida tienen mejores condiciones de trabajo que las TID.
-Factores determinantes del trabajo infantil doméstico
“Hemos tenido que trabajar porque es lo que le queda al pobre”
Los diversos sectores consultados coinciden en que la generalización de la pobreza en
Honduras, más aguda en las áreas rurales, es determinante para que las niñas sean
incorporadas a edades tempranas al trabajo doméstico en hogares de terceros. Son sus
propios familiares más cercanos quienes las colocan a trabajar, en muchos casos. “Creo
que las niñas pequeñas tienen que trabajar como empleadas domésticas por la
necesidad de sus familias o porque son familias grandes, por eso tienen que buscar
independizarse aunque es un riesgo”, expresaba una representante institucional en un
taller de consulta.
Hay también una relación significativa entre la socialización de las niñas, la
discriminación de género y la incorporación temprana al trabajo doméstico. Las niñas
se ven forzadas a buscan trabajo y lo que conocen es el trabajo doméstico que siempre
han hecho en su casa, que forma parte de su experiencia de género; a ellas como a sus
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CAPÍTULO 5 - REPRESENTACIONES SOCIALES