El Trabajo Infantil Doméstico en Honduras. A Puerta Cerrada..., 2003

están casadas (41%) o viven en unión libre (22.7%). El 59.1% de ellas tienen un nivel
de educación superior y las demás, grados profesionales de educación media.
El 81.2% de las empleadoras entrevistadas pertenecen a hogares de estratos medios y
altos, integrados por la pareja y los hijos, y en algunos casos también por otros
parientes, con 4.7 miembros en promedio. Los ingresos medios de estos grupos
familiares representan el equivalente a siete salarios mínimos.
En el 45.5% de estos hogares que tienen empleadas domésticas menores de edad, hace
menos de seis meses que la niña empezó a trabajar. Un tercio de las empleadoras había
contratado anteriormente otra TID, que por diferentes razones abandonó el trabajo; la
despidieron, se fue con el novio, se fue por su voluntad, encontró otro trabajo, estaba
embarazada, etc. La rotación en el trabajo infantil doméstico es alta.
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TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO EN HONDURAS
La forma más frecuente de vincularse con las niñas ha sido a través de la recomendación
de una persona conocida (36.4%) y el conocimiento previo que tenían las empleadoras
de la familia de la chica (32.8%); mientras que en el 18.2% de los casos media una
relación de parentesco con ella.
Una de cada cinco entrevistadas reconoce que ha contratado una menor en vez de una
adulta por conveniencia personal (22.7%), mientras que en los demás casos argumentan
que lo hicieron porque conocían a la familia de la niña (41%), o con la intencionalidad
de ayudarlas (36.3%).
“Se le puede enseñar a hacer las cosas bien”, “Su trabajo es cuidar niños”
“Es vecina”, “La mamá me pidió que la empleara”, “Le tengo confianza porque es
familia”
“Se les ayuda a salir adelante”, “Para darle oportunidad de estudiar”,“Ambas nos
necesitamos”
Las empleadoras entrevistadas en su mayoría dijeron conocer a las familias de las niñas
que tenían empleadas (63.6%) y entre éstas, el 70.6% había establecido compromisos